domingo, 30 de noviembre de 2014

ÁRBOLES: Tintas, bistre, nogalina y acuarela


   En esta entrada, que debería haber titulado "las tintas de mis amigos", los dos primeros dibujos están hechos con bistre, de una muestra que me envió mi amigo Esteban Romay del que él elabora con los pigmentos de Kremer. Como el medio es goma laca, con las finas plumillas puede dar ciertos problemas al secarse y atascar la punta. Hay que limpiarla a menudo para que vuelva a fluir. Pero merece la pena. Las líneas quedan nítidas, brillantes, en relieve. Los baños, ya disueltos en agua ofrecen un tono maravilloso, cálido, austero, diferente a cualquier otra cosa. Si acaso la tinta china puede comportarse de forma parecida.
   Seca rápido, se funde en húmedo si se aplica rápidamente sobre la capa anterior. Una vez seco es transparente con las capas inferiores y las zonas aplicadas quedan a veces nítidamente resaltadas por un cerco en sus bordes. Estas características son las que hay que aprovechar para intentar sacar partido a este bistre.

   Sobre el bistre podemos encontrar información, aunque menos que de otras tintas y pigmentos. Se ha llamado bistre a distintas cosas, a veces simplemente a cualquier tinta que tuviera ese color marrón oscuro e intenso. Siempre se nos dirá que se fabrica a partir del hollín obtenido quemando algunos tipos de madera, cuyas cenizas contienen alquitrán, hollín y resina.. Se le conoce también como laca parda, marrón de hollín, y se nos dice que puede obtenerse a partir del lignito, como el pardo Van Dick o el pardo de Cassel, llamado también pardo de Colonia por extraerse allí el lignito del que se obtenía el pigmento. También en Turinga y Sajonia. Se usaban estos últimos mezclados con aceite para pintura al óleo, dando unos tonos tran atractivos como poco duraderos, o si lo eran, acababan oscureciendo los colores que se les habían superpuesto. Por eso se buscaron otros sustitutos. 
    En "Los materiales de pintura y su uso en el arte", de Max Doemer, de Editorial Reverté, en las páginas 79 y siguientes se nos ilustra sobre el origen y características de estos y otros pigmentos pardos, sombras, ocres, sepias, como en otros lugares del libro se hace con los demás colores. Capítulo aparte merece el Mummy brown, marrón de momia, elaborado a partir de auténticas momias embalsamadas durante milenios, por lo que se le conocía como marrón egipcio. Lo más parecido que se puede obtener en la actualidad, se conoce con el alegre nombre de Caput Mortuum, con que los romanos llamaban el color de la sangre seca de los muertos. Asombra saber que hermosos cuadros han sido pintados con sustancias repugnantes, si no perversas. Sobre estos pigmentos, su origen, uso, elaboración y características habrá que tratar en otra entrada, aunque con ciencia de segunda mano, leída, que no probada, pues afortunadamente algunos de estos colores no se encuentran hoy en día en el mercado.
   En el dibujo anterior se aplicaron unas reservas con líquido enmascarador para salvar el blanco de las flores sin perder la vista. El resto, más pincel que plumilla para aplicar el bistre, en baños disueltos o tal cual es.
   El siguiente dibujo muestra un fracasado experimento de fabricar una tinta con el color deseado mediante la mezcla de tintas comerciales de diversos colores: Coffee brown de Montblanc, Ambre de Herbin y negro de carbón de Platinum. La tinta que como café se vende, da un color granate francamente horrible cuando se diluye. Se intentó calentar ese tono con el naranja amarillento de Herbin y oscurecerlo con el negro, con el penoso resultado que se muestra. Además, después de utilizar el bistre, estas tintas resultan algo muy diferente. Y peor. Más cómodas, pero menos consistentes. Las tintas, hechas para la estilográfica, suelen desilusionar bastante cuando son disueltas en aguas y aparecen matices que estaban agazapados en el frasco para desvirtuar lo que hacemos, o queremos hacer. Quede este árbol de muestra.


   Mucho mejor la nogalina, en este caso en cristales que me regaló mi amigo José García. Tiene un tono distinto del bistre, menos espeso y reluciente, pero agradable y consistente. Las capas superpuestas funcionan de maravilla, con plumilla se aplica sin problemas y, como el medio disolvente es agua, podemos obtener la intensidad y espesor adecuados para cada ocasión. El dibujo se hizo sobre una foto propia de un paraje cercano a Peñascosa, en Albacete, con un árbol al lado de un peñasco que tiene una fuente. Encantador lugar.
    La siguiente foto, basada en una foto propia de las dunas del Pinet en la Marina de Alicante, es un dibujo realizado con tinta artesana de palo Campeche de mi amigo Carlos María Sánchez. Maravillosa para escribir o dibujos de línea, muy difícil para baños. Cuando se aplica, como todas las ferrogálicas, tiene un tono transparente, marrón en este caso. A loos pocos minutos empieza a oxidarse y a ganar intensidad. Prácticametne se vuelve negra, de un negro cálido e intenso. Como esto va ocurriendo poco a poco, nunca sabes cómo va a quedar exactamente. Ni exactamente ni por aproximación. Incluso muy diluida, cuando crees que has pintado con agua casi limpia, va oscureciéndose en zonas que deberían quedar mas claras. Por eso es muy difícil matizar los tonos con estas tintas, que una persona más razonable que yo reservaría para dibujos a plumilla, con líneas, tramas y detalles dibujados no pintados con pincel. Pero todo hay que probarlo. Al final se consiguen cosas inesperadas. O no se consigue nada, pero hay que probar.
    De una foto, en este caso ajena, hice el siguiente dibujo con tintas comerciales, las que se muestran después del dibujo: Lie de Thé y Ambre de Herbín y azul Quink de Parker. Con pocos colores se consigue una armonía de tonos que más adiciones van comprometiendo. Se mojó el papel con un pincel ancho antes de aplicar muy diluidas las tintas del fondo, que se funden bien, aunque algo más difíciles de controlar que la acuarela. en cuanto a transparencia nada tienen que envidiarle.



   Las dos últimas son dos acuarelas, una inspirada en un dibujo a grafito de Denis Chernov, maravilloso dibujante de árboles, figuras y cualquier tema que se propone, al que se ha quitado la nieve que presentaba el árbol en su dibujo. Se ha usado Siena tostada, pardo Van Dick y azul ultramar francés de Rembrandt. La otra una vista del cámping de Peñascosa, en cuyo comedor y al lado de la chimenea, hicimos los honores a un arroz caldoso hace unos días, mientras llovía fuera.

sábado, 22 de noviembre de 2014

Otras tintas: Bistre, índigo, nogalina, ferrogálica


   El primero de los dibujos se hizo con bistre, un medio clásico elaborado con pigmentos de Kremer, con un proceso que habrá que buscar momento para que Esteban Romay, que es quién me lo ha proporcionado y dado a conocer, nos explique aquí. Junto con la forma en que él se elabora sus acuarelas, tintas y otros medios. Siempre a partir de los pigmentos de Kremer, tal vez el mejor de los fabricantes de estos colores que siempre compramos ya fabricados. El tema tiene muchas posibilidades, aunque resulta inquietante abrir aún más el abanico de posibilidades de salir loco para un catacaldos como quien esto escribe.
   De ese tono que ya conocemos por los dibujantes y pintores clásicos, que lo utilizaban para sus esbozos previos o para geniales dibujos. Desde Da Vinci y Rembrandt, hasta Goya o Van Gogh, han utilizado este medio, y es habitual encontrar en la descripción de sus obras estos términos de bistre, sepia, albayalde o tinta de bugallas, es decir ferrogálica, hecha a partir de agallas de roble.
   También habrá que buscar un momento para asaltar a Carlos María Sánchez mi amigo y excompañero de trabajo que fabrica estas y otras tintas antiguas, de palo Campeche, indigotina, carmelita o de Sluttig & Newmann, con fórmulas antiguas. De ellas ya se han mostrado algunas pruebas en mi blog. Hermosas tintas y hermosos colores.
   Esta tinta tiene un precioso color, parecido a la nogalina, pero mas noble y seguramente más fiable. Brilla en las líneas, donde el pigmento se acumula, como la tinta china, y es transparente y hermoso en los baños diluídos. Fácil de utilizar, pues, salvo cuando se espesa y va secando en una plumilla fina.
    Para hacer esta prueba se buscó una foto antigua, en este caso de Calaceite, en Teruel. Procede de http://www.pueblos-espana.org/aragon/teruel/calaceite/Escena+antigua/. Como la foto era pequeña y bastante poco definida, las figuras, respetando más o menos la composición que es muy buena, son prácticamente inventadas, dibujadas con rapidez con la plumilla. Luego los baños más o menos diluídos aplicados con pincel.
 
   El anterior dibujo de Frankie, perrillo de mi amigo Eloy, está dibujado con grafito acuarelable, de ese fabricado en pastilla, barra o tiza de sastre por Viarco, en Portugal. Un descubrimiento para mi gracias a mi amigo Fernando Font de Gayá, que puede utilizarse como grafito normal o ser diluido tanto una vez se ha dibujado en el papel, como disolviendo previamente con el pincel el grafito y aplicarlo como si fuera acuarela. 
   En este dibujo se han hecho esas dos cosas, además de frotar, difuminar o borrar y sacar blancos en el dibujo terminado. Tiene muchas posibilidades. En este caso, prácticamente todo el dibujo se ha hecho con pincel.
   En ese otro dibujo, se ha utilizado nogalina. También una tinta negra ferrogálica de las de Carlos, bastante diluida, para oscurecer ciertas zonas. Puede llegar a adquirir un negro intensísimo, peligroso pues pasado cierto tiempo es cuando lo alcanza, ya que al aplicar estas tintas suelen parecer claras, casi transparentes si están recién hechas y engañar sobre cómo quedarán al final. Por eso insisto en lo de muy diluida.
    La nogalina utilizada me la regaló mi amigo José García García, y ya la tenía varios siglos en su casa, al menos muchos años. Como véis tengo la suerte de ir dando con amigos que me proporcionan tintas, pigmentos, materiales y, lo que es tan importante o más, información. Los amigos que he citado son  fuentes inagotables de sabiduría, además generosos con su ciencia, su tiempo y sus cosas. Gracias les sean dadas desde aquí.
    Con Esteban hemos hablado acerca de la permanencia de los pigmentos, acreditada en algunos, como la tinta china, las tintas ferrogálicas, y más dudosas con el bistre y aún más con la nogalina. En todo caso, durarán sin cambios muchos decenios más que nosotros. No espero, pues, reclamaciones de ningún cliente. Y menos de un museo. No pocos dibujos han ido decolorándose con el tiempo, como los de Van Gogh con cálamo, negros en sus tiempos, ahora de un encantador color sepia. También los de Rembrandt han acusado el paso de los años. Esta pátina de los siglos, por llamar de alguna forma a la decoloración que torna en ocres a los negros, con perdón, añade encanto aunque reste nitidez. Las tintas ferrogálicas no presentan ese problema, sino otro peor, pues tanteando con las proporciones de la formulación algunos salían excesivamente ácidos, a causa del sulfato ferroso, (conocido como caparrós o vitriolo) que forma parte de su composición, y pueden llegar a comerse el papel, que tampoco es problema menor. Eso lo constatamos en algunos manuscritos antiguos en los que al que hizo la tinta se le fue la mano con los peaches y hoy parecen comidos por los ratones
   También probando otro de los pigmentos de mi amigo Esteban Romay, el anterior dibujo con un hermoso índigo elaborado por él con polvos de Kremer y creo que goma laca. Mejor que él nos lo explique cuando tenga tiempo.
   Por último, unos dibujos sobre fotos que hice en las cercanías de Alcaraz hace unos días y en Cuenca en Agosto. Aquí se han utilizado tintas comerciales, de las que ya he hablado anteriormente. La amarilla es de Sailor, los verdes, el Musk green de Cálamo y Amazon de Caran d'Ache. Azul y rojo de Parker, negro de Lamy, Negro azulado Black Night de Caran d'Ache y marrón Lie de The de Herbin. Tengo que utilizarlas que tengo muchas y se secan. Además funcionan muy bien.
   En estos dibujos se han aplicado con pincel, dos Escodas Versátil. Uno plano de una pulgada y otro fino del número 6. Insisto en que son una maravilla de pinceles con una fibra artificial que hace olvidar los de marta. La mayor dificultad era que el papel utilizado es blanco y se quería dar inicialmente un baño color crema salvando las casas, que muestran el blanco del papel. Para eso hace falta un buen pincel, ancho, suave y que cargue mucha agua. Para eso está la paleta de Escoda de 1 pulgada. Las nubes también se hicieron con él, así como algunas otras manchas de color.
   Como estos dibujos usan tintas, no acuarela, todavía es más imprescindible lavar adecuadamente los pinceles al mismo terminar. Para eso, un jabón de aceite de oliva de Escoda, o cualquier otro buen jabón natural. Se quedan como la seda. Es lamentable permitir que tales pinceles, potencialmente casi eternos, lleguen a estropearse por falta de limpieza, secándose el pigmento en sus fibras delicadas.
   El papel utilizado ha sido un verjurado Mix-Media de Canson, de 300 gramos, con excepción del dibujo a grafito del perro, sobre Garzapapel de 180 gramos. Ambos papeles excelentes, cada uno para lo suyo, claro está.


sábado, 8 de noviembre de 2014

Paleta II - Daniel Smith watercolors

 
 
   Mis primeras pruebas con las acuarelas de Daniel Smith se limitaron a cinco colores, de los pocos que me trajeron unos familiares desde Estados Unidos: Jadeite, Lapislázuli, Tiger's eye, violet y Sodalite. A pesar de lo limitado de la gama, sin rojos, amarillos ni tierras, su adición a mis colores habituales supuso una revelación para mi. Desde hace un tiempo he ido poniendo en mi blog algunas acuarelas en las que estos colores se utilizaban, algunos ya de forma habitual: Sodalite (un azul muy oscuro), jadeite, (verde intenso) y lapislázuli. Su principal característica es la granulación que aportaban, aparte de lo atractivo de su color.

   Después de eso hice un pedido bastante generoso a la casa en Seattle, con los problemas que ya conté de gastos de envío y de aduana, IVA, tasas de importación, etc. Eso sumó casi 150 dólares al coste de las acuarelas adquiridas. Para desanimarse. Afortunadamente, me cuentan en Daniel Smith sus contactos con algún distribuidor nacional para que puedan adquirirse en España sin esos gastos añadidos. Me alegra saber esto y espero impaciente poder probar algunos colores sobre los que tengo mucha curiosidad.
Para alojar tantos colores, me fabriqué esa paleta a partir de una caja metálica de 12 colores de grafito. Ya os explicaré el proceso, pues hice varias diferentes.
   A partir de mis quejas sobre los problemas de distribución citados me enviaron un Dot chart con una muestra de todos sus colores y algunos ejemplares con otros de las paletas de Álvaro Castagnet y Josep Zbukvic. Esos Dot charts se venden en la casa, lo que me hubiera evitado comprar muchos colores antes de decidirme por los que realmente acabaré utilizando de un catálogo tan extenso y provocador. Ya os iré contando conforme vaya haciendo probaturas.
   En todas estas  acuarelas aparecen esos colores iniciales, pues el verde de jade, Jadeite, y el azul oscuro de Sodalite no he dejado de utilizarlos, y ya he gastado algún tubo de ellos. Menos el lapislázuli, caro y muy especial que sólo utilizo en algunos cielos, pero que con su tono y granulación no necesita más. A veces lo mezclo con cerúleo, ultramar o índigo, siempre con buenos resultados.
   En estas acuarelas de hoy, pintadas en las últimas semanas, ya se incorporan otros pigmentos. En la primera, esos eucaliptus de la Playa del Pinet en La Marina de Alicante, se utilizan algunos de los ocres, tierras y óxidos de la amplia gama de Daniel Smith. En el caso de esa acuarela, Bloodstone, Hematitte y Burnt Bronzite Genuine, además de los ya citados. Teniendo más de 50 colores nuevos, voy poco a poco explorando sus posibilidades, nunca utilizando muchos en una misma obra. Algunos se quedarán fijos en la paleta. Ya iremos contando.
   En la siguiente, de la catedral de Murcia, se mezclan esos ocres de Primatek, colores que granulan, con quinacridonas Gold y Deep Gold, transparentes y brillantes. Estas combinaciones entre colores de estas dos familias resulta muy prometedora, pero necesita tiempo ir haciendo probaturas.
   En esta acuarela sobre la playa de Aguamarga en Cabo de Gata (Almería), a esos colores anteriores se añade el verde Underseea green al de jadeita. El cielo es lapislázuli puro, los marrones son Mummy bauxite, Tiger's eyes, Bronzite y Hematite Burnt Scarlet. Las sombras de los árboles son Amethyist genuine, un violeta maravilloso. Para la arena se han mezclado esos marrones con quinacridone gold, con ligeros baños superpuestos de ese amatista. Es difícil recoger en la fotografía la luminosidad de estos colores, el brillo de los minúsculos cristalitos de algunos de estos pigmentos minerales, con una molienda que deja gruesas partículas.
   En estas fotos se puede ver, dentro de lo posible eso que cuento:


   En esta acuarela, aunque los colores básios utilizados son Amarillo de Nápoles, ultramar y siena tostado, se han realzado con el violeta de amatista, quinacridonas para amarillos y rojos de Daniel Smith.