miércoles, 30 de mayo de 2012

Tintas con plumilla y pincel

    Casi todo se ha hecho con pincel y tinta china de barra. Se ha diluido más o menos según las zonas. Al final lleva unos detalles y realces con plumilla, una Brause 710 de la que hemos hablado en otras ocasiones. Hace trazos gruesos y suaves, muy adecuada para el papel rugoso de acuarela, en este caso Guarro por la cara más lisa. Se trata de una placeta de Alicante, por la calle Canalejas, de una foto que hice un día que iba a la Decoradora a comprar unos pinceles (de Escoda, por cierto).

   Otro árbol con tinta china. Plumilla y pincel. De una foto de internet, aunque interpretada especialmente en cuanto al ramaje y las hojas, de la misma forma que las hago con pluma estilográfica y pincel de agua: un baño de color diluido al que se le van superponiendo manchas y valoraciones en distintos momentos. Unas veces permitiendo que se funda la nueva capa y otras aplicándolas una vez seca la anterior. Por último, con la tinta casi sin diluir se añaden los detalles y algunas hojas, dando textura y volumen. Bloc Canson Montval de 300 gr.
   Esto es un experimento hecho pintando unos pocos elementos con tinta china, otros con Parallel Pen con tinta azul. Pincel de agua para extender la tinta azul, pues la tinta china seca es indeleble. Algunas manchas se han dado tomando la tinta azul directamene del tintero. Seco todo, se añaden algunos detalles y realces con Parallel Pen. Es una versión de un tema que ya había hecho en acuarela hace tiempo:
    Por último, un dibujo a plumilla y tinta china. Plumilla Brause 710, que usada con rapidez en papel con grano medio o grueso, ofrece una textura muy interesante en las líneas. Una vez seca, se le ha añadido acuarela. Es una cala del Rincón de Loix, en Benidorm. Se muestran las dos etapas.

jueves, 24 de mayo de 2012

Dibujos nuevo cuaderno - EL ALBIR y BENIDORM - Pluma

    El pasado fin de semana fuimos una vez más a "El Cisne", entre Benidorm y El Albir. Alrededor de un edificio circular en que se ubican varias tiendas de anticuarios, ha ido creciendo en tamaño y en actividad un complejo encantador. Bajo palmeras y al aire libre, aunque cubierto y sombreado, podemos hacer unas compras en el mercadillo en el que se reúne un Babel de lenguas y personas: libros usados, casi todos en inglés o alemán, como quienes los venden, jabones artesanos, objetos naúticos, bronces, macetas, ropa, plumillas, cerámicas y un largo etcétera. Siempre acaba uno comprando algo antes de sentarse a tomar una pinta y a disfrutar de la música en vivo que, al menos los fines de semana, se ofrece.
   A algunos de los vendedores profesionales de antigüedades, ya los habrá encontrado uno en otros paseos por los rastos de Jalón, Calpe, La Nucía y otros lugares cercanos, todos merecedores de una visita. Entre las compras afortunadas que recuerdo están algunas docenas de lapiceros alemanes antiguos, algunos palilleros, un libro inglés de acuarelas de pájaros, otro de acuarelas inglesas de principios del siglo pasado, alguna pastilla de jabón de lavanda, tazas de porcelana para el té, también inglesas, un bastón con una cabeza de cobra en bronce, una trompeta, —como puede verse, todo cosas imprescindibles en una casa— y este fin de semana, sin posible resistencia ante tamaña tentación, han caído dos cuadernos indios con tapas de cuero muy adecuados para dibujar.
   Primero compré un cuaderno a los amabilísimos ingleses que los ofrecían (10 euros este modelo). Como en la bolsa, no casualmente, llevaba algunas cosas para dibujar, como primera providencia tomé asiento y una cerveza, en ese orden, y me puse a dibujar un tronco de palmera y una maceta que tenía justo delante para probar el cuaderno recién comprado. El tamaño, 23x13, muy adecuado para llevarlo en la bolsa. El papel, cosido en cuadernillos, es un esponjoso, suave y absorbente papel de fibra, parecido al de arroz. Hay que ir con cuidado porque la tinta tiende a extenderse, aunque de forma bastante controlable. Conociendo el percal por mis probaturas con el papel chino, puse unas servilletas debajo de la hoja que estaba dibujando, sabiendo que se iba a calar, sobre todo cuando le di unos viajes con el pincel de agua, en este caso de cerveza, que agua no tenía, pues no iba a pedir una botella para mojar dos veces, con la sequía que hay. Seguramente esto contribuyó a dar más calidez a la tinta sepia que llevaba cargada la pluma (una Rotring Art Pen EF). Se muestra el resultado y una foto con el modelo pintado, la situación y el que dibuja —y escribe— que, por cierto, ha salido guapísimo en la foto.

   En ese cuaderno, mostrado en la foto anterior, sin moverme de la mesa, una vez repuesta la cerveza, pues el papel ya he dicho que chupa mucho, y porque a mi avanzada edad la deshidratación es un peligro al que temo más que a una vara verde, girando con grandes trabajos mi organismo unos treinta grados a babor, dibujo, esta vez con una Osmiroid Sketch con tinta negra, lo que desde allí se otea y divisa. Como la gente no se está quieta, no sale en el dibujo, únicamente se sugieren algunos bebensales en el altillo donde, mientras tanto, un señor canta acompañando sus trinos con un violín electrico blanco muy vistoso y chillador, unas canciones tradicionales irlandesas coreadas y aplaudidas por gran parte de la concurrencia. Como he ido anotando la hora de cada dibujo, claramente se ve que ya es la hora de comer, y más bien pasada, pues sabido es que en Guirilandia se nutre el personal antes que aquí, aunque enseguida se aclimatan. En este proceso de aplatanamiento y superación del jet lag gastronómico contribuye de forma no despreciable la ingesta de sangría, que suma sus efectos al sol para que nuestros visitantes adquieran ese tono de marisco recién cocido tan agradable, que ellos muestran orgullosos.
   Según se anuncia en carteles en varios idiomas, la paella se sirve gratis, si se pide acompañada con una dosis de bebida adecuada, que viene a ser de un litro y medio. Fresquita les entra muy bien. Nos quedamos a comer, aunque con la frugalidad etílica propia de los nativos.

    En este lugar al que siempre vuelvo con agrado, la mayoría de los clientes y personas que atienden los bares, restaurante, tiendas, puestos y demás, son extranjeros, por lo que, creo que con buen criterio, han incluido otras músicas y actuaciones más locales y castizas, aunque espero que no nos priven de seguir escuchando algún grupo de jazz, de bluegrass, de música irlandesa con violín y banjo, etc. En esta ocasión me sorprendió escuchar cantada a grandes y afinadas voces "Granada" y, algo más tarde, mientras tomábamos café y el resto de los asistentes ya se habían pasado de nuevo a la cerveza, apareció un cuadro flamenco con bailes y música bastante dignos, visto con atención y premiado con grandes aplausos por parte de la concurrencia.
    Antes de ésto había hecho un dibujo con bolígrafo Bic negro en el nuevo cuaderno, tirando de cangreja para maniobrar otros 45º a babor. En este mar de cerveza el vigía siempre atisba y avizora buen puerto . 
   Antes de irnos del rastro, hice un intermedio en el dibujo para ir a comprar otro cuaderno. Aunque todos estaban recogiendo ya los apechusques, me mostraron todos los cuadernos que había en la caja y me llevé otro distinto, más grueso, de mayor tamaño y con papel diferente. También con tapas de cuero, con una piedra incrustada dentro de un círculo repujado. Cuando lo estrene, os lo enseñaré.
   Después de comer, nos pasamos por la playa de El Albir a tomar un helado, ocasión aprovechada para hacer en el cuaderno otro dibujo. Como en los anteriores, terminado el boceto, hice una foto del lugar. Creo que ver el tema dibujado y la interpretación que de él se hace, puede ser instructivo.
   Estos lugares turísticos, frecuentados por personas de distintas procedencias, cada uno a lo suyo, dispuestos a pasarlo lo mejor posible, ayudan mucho a soltarse en eso de dibujar entre gente. Sentirse observado, puede resultar violento, verse rodeado de encimarios, totalmente insoportable. En estos lugares la gente no te hace, lo que en términos ciéntificos podríamos denominar, ni puto caso. Maravilloso.

jueves, 17 de mayo de 2012

Parallel Pens - Pincel de agua -


   Estoy utilizando mucho últimamente los Parallel Pens de Pilot. Los había comprado y usado para caligrafía. En principio para ello son. Como he comentado en entradas anteriores, vienen a ser una versión actualizada y recargable de útiles de escritura antiguos como los Witch pens, que permiten trazar anchas líneas pero que, por el borde, ofrecen un trazo fino. Se utilizan como cualquier otra plumilla para letra gótica, itálica, uncial y otras similares.  
   El dibujo anterior se ha hecho con el de 6 mm. —el más ancho de los cuatro disponibles— terminando con pincel de agua sobre la tinta recién aplicada, que se diluye y extiende. Abajo se muestra el dibujo inicial en el que se ven los distintos grosores que se obtienen con esa pluma.


  Si se tiene experiencia previa con la caligrafía, se lleva mucho adelantado, pues con los Parallel Pens vamos haciendo trazos y gestos caligráficos. Si vemos los trazos y líneas con que se han ido formando estas letras itálicas, reconoceremos movimientos muy similares en los dibujos que les siguen.






   Si giramos ligeramente la pluma al final de un trazo haciendo que parte de ella pierda contacto con el papel, técnica muy usada en caligrafía con plumas o cálamos, se obtienen unos finales de línea muy afilados y expresivos. Para hacer ramas y tallos son ideales. Por supuesto, para que salga bien requiere, como todo, algo de práctica.
   Dibujando en la dirección de la parte estrecha de la pluma tendremos una línea fina, que se va ensanchando según vamos cambiando la dirección de la línea, lo que supone un giro de la pluma. El dibujo siguiente se ha iniciado pintando con el pico de la pluma, que hace la más fina de las líneas posible con ella. Algunos trazos más gruesos para las hojas y relieves del árbol completan esta fase. No hay que abusar de tinta si queremos utilizar después el pincel de agua.
   A continuación con el pincel de agua extendemos aquellas zonas de tinta que nos interesan, reservando en otras el blanco del papel. Después viene  un abanico de posibilidades entre pluma y pincel de agua. Dibujar mde nuevo sobre el papel mojado, dejando que la tinta se extienda. Usar la pluma como tintero del que se va tomando tinta con el pincel mojado. Podemos, como en estos dibujos utilizar plumas cargadas con tintas distintas, con lo que tenemos una gama mayor de valores... Poir último, con la parte más fina se pueden volver a resaltar algunos detalles perdidos con la aplicación del agua o con la parte más gruesa, intensificar sombras. Si se hace mientras no se ha secado del todo, pueden conseguirse fundidos, bastante imprevisibles, como es de suponer.
   Os cuento aquí cómo trabajo yo, aunque cada uno tendrá su forma de usarlas y descubrirá nuevas aplicaciones y recursos.

    Se muestran ampliadas unas zonas de los dos árboles en las que se ven claramente las técnicas utilizadas.

 
Como puede verse, también aquí se han usado dos tintas distintas.




Caligrafía ornamental con Parallel Pen

sábado, 12 de mayo de 2012

Tinta y pincel de agua - Estilográficas y plumilla

Puedes verlo en grande en este enlace.
   Aunque he estado algo perezoso para ponerlas en el blog, no tanto en seguir dibujando. Sigo experimentando con las plumas estilográficas de todo tipo que ya mostré en una entrada anterior, terminando los dibujos con un pincel de agua chino.
   El sistema cada vez me gusta más y voy probando temas y elementos nuevos. Entre los temas he añadido los olivos y algunas flores, como lirios y claveles. Queda mucho que hacer con ellos, porque ofrecen infinitas posibilidades de texturas, luces y sombras. El primero, hecho en casa, sobre papel Guarro de acuarela por la parte más lisa, se dibujó con plumilla y tinta china. Después baños sucesivos de tinta china en barra, cada vez menos diluida. En ese papel toma una textura muy especial.
   Para estudiar los olivos me he estado ilustrando con fotos de los ejemplares milenarios del Maestrazgo, en Castellón, la mayor acumulación mundial de estos monumentos vivientes. Muchos son romanos, como el acueducto de Segovia, y de la misma edad, pero además puedes poner su aceite en la ensalada, lujo asiático que pocos monumentos permiten. Con unos nueve metros de calibre los más viejos, lo que requiere más de 2.000 años de cuidados, en el Territorio del Sénia, donde se juntan Aragón, Valencia y Cataluña, hay censados más de 4000. Un museo viviente inexplicablemente conservado.
   Por haberlo mantenido así, habría que erigir un monumento a los agricultores de la zona, pues gracias a ellos están todavía en pie, a pesar de que un olivo alcanza el máximo de producción a los 65 años, edad de la jubilación humana —al menos lo era hasta la catacumbre actual—. A partir de entonces, cada vez dan menos olivas. Echando cuentas, cuando Jaime I tomó Morella, en 1232, ya estaban hermosos, aunque producían poco, pues ya habría ejemplares de más de mil años, plantados por los fenicios y por los romanos. Cuando Almanzor debían de estar en todo los suyo. Tengo que estudiar mejor este tema.
   Aunque no con esa asombrosa acumulación, hay ejemplares similares en muchos lugares de España. En Cieza, Mallorca, Andalucía... Me estoy acordando de "La vida de Brian". Roma se llevaría mucha plata, todo el oro, aceite, trigo, estaño, junto con algún nativo al que llegó a hacer emperador, bailarinas gaditanas... es decir, todo lo mejor que el terreno de Hispania podía ofrecer. Pero también dejó muchas cosas. Se ha dicho que en España lo que no hizo Carlos III lo habían dejado hecho los romanos. Siempre ha sido así y con la historia no hay que llevar contabilidad. En paz estamos.
   Estos otros árboles no producen nada, si acaso sombra o alergia, pero también merecen que ses le pinte, porque alegran las calles y los parques.

   Como tenía unos marcos alargados, pensé que árboles y lirios encajan bien en ese formato. He hecho unos cuantos, con Pilot Parallel o la Osmiroid sketch. Tintas diversas y pincel de agua.
   Aquí se muestran los dos pasos. Dibujo a pluma y baños de agua limpia con el pincel, que diluye la tinta y dan tono y relieve.




   Los dibujos con Parallel Pen, cargado con tinta Parker Quink azul. Las hojas se hacen de un solo trazo, girando al final la pluma para conseguir esa terminación afilada. Con estas plumas, incluso con  la más gruesa (6 mm.), dibujando con el canto, sale una línea muy fina.



   Éste es una versión en tinta china de un dibujo de Zu Chuan'an, de la entrada anterior. Dibujo a plumilla y baños de tinta china diluida. La tinta es de barra, es decir, china de verdad. Los pinceles también.