sábado, 27 de junio de 2015

Acuarelas de Alpera - II-

    Sigo con las acuarelas sobre Alpera y su comarca. Principalmente paisajes, por ahora. Alguna calle, caseríos, aldeas, árboles y cielos. El tema es inagotable, como cualquier otro tema, para jugar con el color, con la opción de elegir pigmentos que granulan junto a un papel que resalte el efecto. Otras veces es un papel satinado y la economía de color lo que busca armonía y suavidad... Es el momento de rentabilizar tantas pruebas, tantos pigmentos diferentes, la variedad de papeles y pinceles. Respecto a estas dos últimas cosas, hay menos probaturas; los pinceles suelen ser de Escoda, salvo alguno chino, y los papeles de Garzapapel, salvo casos en los que se indica otra cosa. Salvando los previsibles imprevistos de la acuarela, ya perdemos poco tiempo en pruebas y vamos, dentro de lo posible que no es demasiado, a lo seguro. Lo que cuento es mi experiencia con estos materiales, en modo alguno una guía de cómo deben de hacerse las cosas, ni sobre lo que hay que usar o no, que ya quisiera yo saberlo. Cuento lo que hago y lo que utilizo por si a alguien le resulta útil, no se trata de impartir lecciones que más estoy en condiciones de recibir que de impartir. Conviene aclararlo.

    Los pigmentos que usamos aquí ahora son los que tanto tiempo venimos comentando. Aunque no se renuncia al siena tostado y ultramar de Talens, bien Van Gogh o Rembrandt, o a algunas tierras de Kremer, última incorporación, la mayor parte de los pigmentos usados son de Daniel Smith. Tengo un surtido realmente abrumador y, aunque los verdes y azules siempre suelen ser los mismos (verdes de Jadeite, Serpentine y Deep Sap Green), a veces probamos con Perilene, Undersea green, apatite y otros. El azul de lapislázuli es fijo, como el cobalto de Kremer o el ultramar de Rembrandt. He probado el de Daniel Smith y tiene un tono y una transparencia maravillosos. Lo he usado para las sombras últimamente, solo o con alizarina. Otras veces, para oscurecer zonas o resaltar sombras recurro al índigo o a los azules oscuros que más granulan de Daniel Smith: sodalita, lunar blue o apatita. También a sus violetas, como la amatista o el violeta de quinacridona, muy transparente.
   A veces elijo un tono de Daniel Smith porque me encanta ver los brillos y reflejos que presentan los cristales de estos pigmentos minerales cuando están secos. Esto ocurre con algunos de ellos, especialmente el sugilite, un color lavanda gris violáceo, el bronzite o la amatista. Esto de pintar con piedras preciosas machacadas tiene su aquel.
    Aunque lo que cuento parece una locura, tantos pigmentos para elegir, en realidad en cada acuarela sólo se recurre a unos pocos, a veces cuatro colores, casi nunca más de seis. Pero esa elección ya marca el carácter y el ambiente del tema elegido. La anterior acuarela y la siguiente, un mismo tema —unas encinas centenarias de Alpera—, muestran lo que digo. También el papel, Arches satinado la primera, Arches de grano grueso la segunda. Menos textura y más nitidez de las pinceladas, que quedan más presentes, menos mezcladas. Algo más impresionista y suelto. Las sombras con los violetas mencionados, especialmente amatista o mezclas de ultramar o índigo.
     Utilizar pocos colores da armonía al conjunto, por lo que los azules del cielo se utilizan para matizar los demás colores usados, pocos, pero que se enfrían con esos azules, a los que se vuelve a recurrir para las sombras. 
    En varias de las acuarelas últimas recurro a algo que salió por casualidad hace un tiempo. Se trata de las piedrecitas con sus sombras, que aporta relieve, detalle en los primeros planos y resalta la dirección de la luz. Como es natural no se dibujan de una en una ni se han previsto incialmente en tamaño, lugar exacto ni resultado final. Se trata de dar brochazos con el pincel bastante seco en la dirección de la luz. Luego basta con ir aprovechando algunos de los blancos que se marcan con la textura del papel, eliminando otros con el mismo color usado, aún en el pincel. Las mayores rocas sí que se dejan en blanco intencionadamente. Al final se añaden unos trazos rápidos marcando sombras y queda ese efecto que aprentemente es laborioso y meditado. Se puede ver en la segunda acuarela y en las tres siguientes.
 
   También seguimos con los verdes, con los que ya tenemos trato de antiguo con los árboles, flores y paisajes. Como digo, básicamente jadeita y sap green oscuro, aunque algunas veces busque otros más claros y jugosos como la apatita, serpentine. incluso viridiana. Casi nunca solos. Siempre acabo mezcándolos con los azules o tierras que hay en la paleta en ese momento. Si no cantan demasiado.


    Luego a luego voy a empezar a hacer algunos dibujos con tintas, con plumilla, cálamo, pincel... Hay que variar y cambiar de historia de vez en cuando. Ya os contaré.



4 comentarios:

  1. Muy interesante tu exposición de intenciones y realidades, básica para
    enteder tu magnífico quehacer acuarelístico. Por lo menos, a mí, así me lo parece.
    Es muy enriquecedor, a más de pintar, buscar la calidad deseada en cada uno de
    los colores y sus matíces, experiéncias de incalculable valor.
    Por lo visto, y lo que te queda por hacer, está garantizado el éxito de tu exposición.
    Aprecio enormemente tu valentía, en los tiempos que vivimos, no de crisis económica,
    que la hay, si no de la gran crisis de valores y de sentimiento por el arte, seas capaz,
    y valeroso, de afrontar una exposición, que deseo de todo corazón, sea un éxito total.
    Te envidio por ello.
    Amigo Pepe, mucha suerte, tu obra la merece holgadamente.

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    1. Muchas gracias, amigo Fernando.
      Con la guitarra he aprendido que con un instrumento mejor, las mismas cosas ganan mucho. Al menos no pierden. Bastante dificultad tienen estas historias como para andar peleándose contra un mal instrumento. Con la acuarela intento aplicar las mismas reflexiones. El mejor papel, pinceles y pigmentos que uno pueda permitirse. Incluso un poco más de lo que uno puede.
      Tenemos mejores materiales que Velázquez. Rembrandt con una tiza o un trozo de caña hacían maravillas. Con un lápiz se han dibujado obras maestras. Pero uno no es Velázquez ni Rembrandt y hay que eliminar problemas, al menos los que ocasiona un mal papel, una brocha infame o unos pigmentos de calidad escolar.
      A veces piensa uno que hay que tener cuajo en gastarse en un tubo de lapislázuli lo que vale una cena. La consecuencia es que hay que renunciar a cenar fuera de casa, entre otras muchas cosas, pero cada uno tiene sus prioridades.
      En lo del valor para la expo llevas razón, aunque afortunadamente es posible hacerla por las facilidades que me dan quienes me la han propuesto. Dadas las circunstancias uno se conforma con que no nos cueste dinero, al menos no demasiado, sobre todo por el tema del enmarcado, que la sala, cartelería, programa e infraestructura entran en el generoso ofrecimiento que da lugar a esta exposición. En pago me estoy esmerando y poniendo todo mi empeño en hacer temas familiares a quienes la visiten. Estoy disfrutando mucho.
      En esa sala han expuesto pintores como Ellis Jakobson o Jim Bird, que vivían temporadas en Alpera. O sea que no es cualquier cosa.
      http://www.jimbird.org/biografia/
      http://cultura.elpais.com/cultura/2013/08/30/actualidad/1377819711_617910.html

      Un abrazo

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  2. Bueno, bueno, bueno, Pepe, ya te comenté algunos de ellos en ladrones, pero en esta página observo alguno nuevo. De ellos, hay dos que destacan para mi gusto: los del camino entre encinas. Tanto satinado como de grano grueso y de entre estos, me inclino más por el de grano grueso, que permite dar más esos brochazos sueltos (que a mí me gustan), algo más impresionista, aunque el de satinado es: soberbio.
    Y por último, para que veas que no son todo loas, según mi modesta opinión, te noto aún un poco flojo en urbanas. Te van mejor los campos y arbolados. Esto es una opinión personal.
    Y... la gente de Albera, sabe todo lo que estás haciendo por su pueblo y sus campos? Tendrán que poner una calle con tu nombre!!!!
    Un fuerte abrazo.

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    1. Muchas gracias por tu comentario y por la atención que muestras hacia todo lo que hago.
      En el papel satinado se distinguen mejor las pinceladas, mezcla menos. El resultado es muy diferente. La segunda está resuelta con manchas mayores porque tanta hojita es todo un peligro que intento solucionar utilizando un pince grande.
      Sobre las urbanas... También de acuerdo. No es lo mio. Con tu habitual bondad dices que "aún", o sea que esperas que lo haga mejor en el futuro. Mucha seguridad sería pensar eso. Nunca se me han dado bien, igual que me ocurre con los retratos y muchas otras cosas.
      Espero que en Alpera disfruten viendo sus paisajes en acuarela, aunque tú, como siempre, no te quieres quedar corto.
      Un fuerte abrazo, Joshemari.

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