domingo, 31 de marzo de 2013

Selección acuarelas de flores -II-

José Garrido. Marzo 2013. Acuarela 46 x 32.
   Son las flores un tema pictórico que me atrae especialmente. La acuarela, con su transparencia y luminosidad, permite sutilezas que la hacen un medio particularmente adecuado para pintarlas. En mis diarios rastreos en internet, especialmente en Facebook, encuentro pintores y obras difícilmente accesibles en mis lugares habituales, sobre todo de artistas orientales que, por su idioma, no suelen aparecer en otro tipo de búsquedas.
   Es esta entrada continuación de otra anterior dedicada al mismo tema, y las visitas que ha recibido, casi 1600 en cuatro meses, me anima a publicar esta segunda selección. Son otros los pintores, aunque de los mismos se podrían mostrar muchas otras hermosas obras con este tema floral. Ya se proporcionaron allí enlaces a sus páginas para poder admirarlas.
Violeta africana. Tintas. José Garrido


   Para iniciar esta selección se muestran dos pinturas mías. A partir de aquí, iremos a mejor. La primera con acuarelas, la segunda con tintas, que ofrecen una transparencia muy similar y una técnica parecida. De las siguientes, se indica el autor al pie de cada una de ellas. Proceden de Facebook, donde pueden rastrearse más obras de quienes las han pintado. Todas son actuales con excepción de las dos siguientes, de Franz A. Bischoff (1864-1929), pintor austríaco afincado en Estados Unidos, y la tercera de Anders Leonard Zorn (1860-1920), pintor sueco al que se le ha dedicado anteriormente una entrada en mi blog. Son coetáneos, aunque su pintura es muy diferente. Sirvan para ilustrar cómo la evolución de la acuarela, como la de cualquier otra cosa, no ha sido lineal, sino que en un momento cualquiera conviven técnicas, enfoques y maneras de pintar que pueden desorientar a espectadores desprevenidos.


   Viendo las dos anteriores, las podemos considerar más como producto de su época que la siguiente de Zorn. En mi humilde opinión, —"a mi escaso juicio", que diría mi amigo Paco Arteaga—, las de Bischoff son dos acuarelas admirables, y no sólo pensando que hace más de 100 años que se pintaron. Aparte de su técnica irreprochable, de su uso magistral del color  y de un dibujo perfecto, cosa más frecuente entonces que ahora y que son valorespara mi intemporales, exigibles a toda obra de mérito, ya ofrecen un limitado nivel de terminación y cierta sugerencia en algunas zonas que harían levantar las orejas con inquietud a algunos contemporáneos suyos. Si pensáramos que se han pintado hoy, para algunos resultarían excesivamente ajustadas a la realidad, pulcras, incluso "relamidas", aunque conviene al crítico ser cauto en sus valoraciones, siempre respetuoso y medidor de los conceptos que emplea, como el término "superado". 
   La obra de Zorn, de la misma época, es muy diferente. Resulta totalmente actual. Aunque no hace nada que no se hubiera hecho anteriormente, en cuanto a técnica, puede ser una muestra de la diversidad de tendencias que conviven en cualquier época.
Anders Leonard Zorn
    Ponernos a hablar de lo que pintan los demás nos coloca en una delicada tesitura, pues el que juzga aparece en posición de superioridad respecto al juzgado. Hay quienes opinan, incluso con crueldad, sólo para encaramarse a esa inmerecida altura.
 (...) "Los que se meten a dar preceptos deben de estimarse más hábiles que aquellos a quienes los dan, y son muy censurables, si faltan en la cosa más mínima" (...) Descartes.
   No es así en mi caso, ni se pretende, y es legítimo opinar, comentar y criticar, incluso con desaprobación, pero con respeto. Se puede llegar a tener una opinión cualificada incluso en un arte que el opinante no practica. Pero hay que ser comedido y escrupuloso. Especialmente cuando el que opina es otro pintor. 
   Tan modestos suelen ser los grandes como soberbios los mediocres. Suele ir unida la mediocridad a la ignorancia, cuando no es la segunda el origen de la primera. Conocer nos hace modestos, humildes, sabedores de la enorme dificultad de hacer algo nuevo, especialmente si nos movemos en el terreno de la figuración, más o menos temperada. La abstracción abre otras puertas, posibilidades de sorprender y de innovar, aunque en no pocas ocasiones nos adentren en habitaciones vacías. La sorpresa, si es agradable, es un valor añadido, pero no puede ser el único de una obra. Tampoco el precio es buena vara de medir.
   Claro está que el plasmar en una obra un minucioso y fiel reflejo de la realidad, que incluso la mejora, —el canon llevado a la perfección—, es vía agotada. Pensar que lo que iniciamos ahora ya se ha hecho antes mejor, es una idea paralizante, luego hay que hacer —en lo posible— algo nuevo. Algunos aficionados —y otros que ya no lo son tanto— no llegaremos nunca a pintar como ya se hacía hace siglos, pero unos pocos elegidos han dado pasos significativos hacia la simplificación, la síntesis, la sugerencia, el gesto suelto y expresivo, que sí los separan de los genios del pasado. 
   Estos grandes pintores actuales a quienes me refiero, han logrado una pintura personal, capaz de emocionar, incluso de asombrar, a diferencia de otros que incurren en el error de considerar a los demás tan ignorantes como lo son ellos y de querer sorprendernos con algo que ya se hacía hace siglos. Aunque ellos no lo sepan. O sí.
   Que una creación artística forme ya parte de la Historia, se considere ya asimilada, base para ulteriores avances, es lo que nos llevaría a calificarla como "superada", pero en el paradójico sentido de acabada por perfecta, vía agotada por imposibilidad de mejorar sus logros. Tal vez lo sea como etapa, pero no siempre hay que inferir de tal término que la reacción que lleva al cambio suponga una subida a un escalón siguiente. Y menos por parte de todos.
   Toda esta disgresión se podría resumir en recomendar un extremo cuidado con el uso de conceptos como "mejor", aplicados a la creación artística. Se pasa a la siguiente etapa, diferente, pero no siempre superior. No todos pasan a la vez. Algunos nunca.
     -o-o-o-o-o-
  Ahora vienen las acuarelas que hemos seleccionado. Todas ellas me parecen admirables, ilustrativas de diferentes formas de enfrentarse a la pintura de unas flores con este medio.

Pittaya Tamornsuwan
Samir Mondal
Adisorn Pornsirikarn
Adisorn Pornsirikarn
Hsieh Ming Chang
Morten E Solberg
Peng Ruhua

Kate Osborne

Pedro Orozco Tristán
Zha Shouxing
Adisorn Pornsirikarn
Zhou Zhongyao

Aud Rye
Michał Jasiewicz

Cang Shan
Jiang Yue
Zhou Chongzhang
Jean Claude Papeix

Maung Oo

Sinjongsik

Hsieh Ming Chang
Lada Galkina

domingo, 17 de marzo de 2013

ACUARELA - Riópar (Albacete) - Nacimiento del Mundo

   Aunque últimamente todo mi trabajo se ha ido haciendo con tintas, casi siempre con estilográficas y plumillas y extendiendo los baños con pincel y agua, mi objetivo no ha dejado de ser la acuarela. Por lo pronto todo ello me ha servido para acostumbrarme a utilizar pocos colores y ganar algo en soltura y decisión.
   En papel Guarro, 46x32. Acuarelas Rembrandt y Van Gogh en tubo. Pinceles Escoda (ÚLTIMO nº 14 y marta nº8). Este salto de agua se trata del nacimiento del río Mundo, en Riópar (Albacete). A lo largo de todo el año cae agua desde la boca de la cueva de los Chorros aunque, varias veces a lo largo del año, revienta y arroja esa inmensidad de agua de forma violenta y ensordecedora. Son los "reventones". Este año, pródigo en nieves y lluvias ha ocurrido varias veces en los últimos meses. 
   Bonito tema para pintar. He hecho algunos apuntes estos días, a partir de las fotos y vídeos que se pueden ver en la red. Por fin me he decidido a hacer una acuarela de formato medio, pues las últimas fueron marcapáginas.
   En estos enlaces podéis ver el motivo de mi asombro cuando hablo de la cueva de los Chorros:



sábado, 9 de marzo de 2013

ALBACETE - Tintas

   Seguimos con las tintas. Después de las últimas adquisiciones y de probar nuevos y viejos tinteros, algunos olvidados durante años, cada vez voy cerrando más la breve lista de las predilectas. Son las que acabo poniendo en las estilográficas, para tenerlas a mano. Café des Îles de Herbin, verde musgo de Stipula, azul Saphire de Pelikan, y un negro intenso, el Lamy o el azulado de Waterman. Toques de rojo oscuro de Stípula y poco más. La anterior, iglesia de Chinchilla de Montearagón, con tres tintas, la siguiente, paraje de Alcaraz, también con tres, entre las que no hay nigún azul. El cielo es Waterman negra muy diluida.
   Este paisaje nevado de la sierra del Segura, tema ya dibujado o pintado en otras ocasiones, azul Saphire de Pelikán, Café des Ïles y verde musgo, con algunos realces en negro. Sobre todo se ha jugado con las transparencias de la tinta azul que, diluído, da un hermoso color.
   En esta puerta lateral de la Catedral de Albacete, hay dos marrones, pues se incorpora el marrón carmelita de Carlos que, con el  azul de Pelikán produce esos verdes oxidados que no me desagradan. Esta tinta es imprevisible, pues, como todas las fórmulas antiguas, se oscurece y cambia de color al secarse. Al aplicarla es de un hermoso violeta, como expliqué en la entrada anterior.
Con las mismas tintas, añadiendo el Borgoña o rojo oscuro de Stípula, jugando con las posibilidades del papel chino de arroz. Como se ve, difícil de controlar, pero merecedor de seguir haciendo pruebas. Ya os contaré.
   En esta entrada, además de mostrar algunos dibujos nuevos y comentar las tintas utilizadas, por si a alguien le evita pruebas innecesarias, quería explicar cómo realizo las mezclas de tintas. Siempre parto de un dibujo a pluma con el color básico, normalmente el marrón o el verde. Inmediatamente, antes de que se seque, extiendo el color hacia las zonas adecuadas, dejando en algunas zonas de luz el blanco del papel. Siempre en mojado, utilizo distintas estilográficas cargadas con diferentes colores para añadir sombras, detalles y tonos que en ese momento aún se funden y mezclan. Posteriormente, una vez seco, realzo las sombras o añado el fondo con tintas diluidas, aplicadas con pincel.
   Lo que utilizo como paleta para las mezclas es ésto:
    Como véis, hago unas líneas con las distintas estilográficas para depositar un poco de tinta en ese pequeño plato de loza. Es muy suave y no daña a las plumas. Con un pincel mojado, o un pincel de agua si estoy fuera de casa, voy diluyendo y mezclando las tintas para aplicar baños en el dibujo, ya seco. En este caso, el pincel es un Escoda de marta kolinsky del 8. Una maravilla de pincel.
Marrón de Stípula. Portada de la Catedral de San Juan de Albacete.
 Museo de la Cuchillería, en Albacete, al lado de la Catedral y el Ayuntamiento. También tinta marrón de Stípula.
 Alcalá del Júcar, tema al que vuelvo una y otra vez, con plumilla, acuarela o tinta con pincel de agua, como en esta ocasión.




   Cámara de Comercio, con tinta negra y pincel de agua. Uno de los hermosos edificios que quedan en esa calle en la que, en su día,todos eran de la misma época. Una pena.
   Tinta Montblanc. Burdeos, aunque la marrón de esa serie, con el frasco de cristal anterior al actual, acababa por dar el mismo tono al ser diluída.
Dos vistas de la plaza de Gabriel Lodares en Albacete. Tinta marrón de Stípula en el primero. El siguiente, Lamy negra. Diluidas con pincel de agua.
Plaza del Sol, en Albacete, con el antiguo depósito de agua convertido en biblioteca. Nogalina y plumillas.

   Rincón de mi casa. Pluma china con trazos de distintos grosores y tinta marrón de Stípula. Algunos baños de negro Lamy en las sombras.