El encuentro de Ladrones de Cuadernos en Cuenca fue el inicial, la primera ocasión para conocer en persona a amigos de los que sólo sabía a través de sus dibujos, comentarios y fotos. Aunque no es mala forma de conocer a alguien, un abrazo es mejor. Y también un pacharán mientras examinas cuadernos llenos de maravillas, una comida compartida, un café endulzado con palabras, dibujar juntos una misma cosa de formas tan distintas... De pronto te das cuenta que esas personas que viven en Gijón, en Barcelona, en Huesca, en Calpe o en otros lugares a veces distantes, hace tiempo que forman parte de tu vida. a veces de forma más cercana que otros a quienes ves todos los días. Y entonces estos cuadernos llenos de dibujos pasan a ser algo más que lo que allí se ve, pues cada uno está cargado de recuerdos de lugares, momentos y caras de personas a las que aprecias de verdad. Lamentablemente, al segundo encuentro, en JHuesca, con el amigo Lorés, no pude ir. Y bien que lo sentí.
Ya al mismo llegar a Elche, buscando la Torre de la Calahorra. punto de encuentro y acreditación, hubo que detenerse al tropezar con Oñera al que vimos frente al Ayuntamiento junto a Abadía y Joshemari, que dibujaba a la sombra. Dolça en un banco cercano. Primer abrazo y tras la acreditación, ruta a dibujar que nos lleva al puente desde el que hacemos el primer dibujo, que se colorea allí mismo. Luego nos encontramos con Juananto, Jesús y familia, un reencuentro pues ya nos conocíamos de Cuenca y de Calpe. Otro abrazo. Un placer encontrar a Lola Clement y a otros amigos, algunos solo conocidos por los blogs.
El segundo dibujo, ya en grupo, en la zona de la Calahorra y la basílica de Santa María rodeado de docenas de dibujantes desparramados por terrazas, escaleras, aceras y rincones. Como el sitio es cómodo, se hace este segundo apunte y da tiempo a aplicarle la acuarela. Mientras, hay quien va fotografiando a los dibujantes y sus cuadernos, con lo que queda un recuerdo del proceso.
Después de comer ya todo el grupo, seguimos con el tema, sin parar de comentar y contemplar los cuadernos de cada uno, (Allí fue donde pude disfrutar de los de Angels, Oñera y alguno de Joshemari), verdaderas maravillas, monográficos de un tema, sean bodegas o barcos, paisajes de una ruta o de un viaje o, como es mi caso, anárquicas mezcolanzas de lugares que vamos visitando, con técnicas y materiates distintos y sin llegar a completar ningún cuaderno, pues tenemos una docena en uso y varias más sin estrenar.
La imagen que abre esta entrada es el resumen gráfico que Fernando Abadía fue realizando durante la charla de Joshemari, Oñera, Dolça, Juan Llorens
y el mismo Abadía en la Torre de la Calahorra, en Elche, en una sala decorada con
motivos egipcios y masónicos, sede de la Logia creada en 1878. La torre
es de origen alhomade, del siglo XII, resto de la muralla y puertas de
la ciudad, en parte destruidas por un terremoto en 1829. El trabajo de Fernando Abadía como Graphic Recorder,
los dibujos de barcos de vela, bodegas y bares, calles y rincones de
Joshemari, los delicados dibujos de Oñera en sus rutas por su Asturias,
fueron protagonistas de esta charla que animaba a llenar los cuadernos
de recuerdos y colores. Al final, mini concierto de Sazed Ul Alam, con
su grupo.
En una terraza empezamos a contemplar cuadernos de los amigos alredor de unas cervezas, procurando, cuando ya se nos hizo de noche, que no cayeran gotas de lluvia sobre los barcos de Joshemari, asombrándome de la insultante facilidad con los retratos de otro dibujante, y mostrándonos plumas, pinceles y aparejos varios, otro de los encantos del oficio.
Lamentablemente y por motivos que no vienen al caso, a las once de la noche hubo que dejar la reunión, como siempre interesante, despedirnos de los que por la mañana viajarían pronto, coger el coche con la intención de regresar temprano al día siguiente. Así hacemos. Reencuentro en la zona habitual, segundo desayuno en ese rincón tan acogedor que ahora se pinta sin prisas.
De los cafés paso a un martini blanco, a dibujar la basílica de Santa María y luego, cuando va acudiendo gente, consigo el libro de Joshemari sobre bodegas y bares del barrio de Gracia en Barcelona, me lleno los ojos de dibujos de algunos de sus cuadernos, y finalmente lo interesante de la conversación me hace dejar el cuaderno a un lado. Juananto y Jesús suelen hacer viajes por sitios exóticos y lejanos, que se pueden ver en su blog El viajero librero. Resulta que Jesús es o fue marino, y aún tiene un barco, con lo que de Blas de Lezo y su hazaña de Cartagena de Indias contra los ingleses, pasamos a las bitácoras, la cangreja y el bauprés, las corrientes marinas, Trafalgar, el tesoro del Nuestra Señora de las Mercedes, felizmente en Cartagena, de las diferencias entre los barcos españoles, holandeses e ingleses en la época de los descubrimientos, de las patentes de corso, de los portugueses, de Pérez Reverte y de mil cosas más. De allí nos vamos a comer todos juntos, con los compañeros de Cuadernos viajeros y seguimos la conversación, que quedó a medio después de varias horas. Habrá que buscar lugar y momento para continuarla, que mi ignorancia sobre el tema es tan grande como mi interés.
Después de comer, de una larga sobremesa en la que docenas de cuadernos repletos de dibujos pasaban de mano en mano a lo largo de las mesas, de una despedida musical con el "gracias por venir" de Lina Morgan, simpático y emotivo, últimas despedidas y abrazos y regreso a Albacete.