lunes, 8 de marzo de 2021

Sin salir de Castilla La Mancha

 

      El ritmo se va acompasando con los tiempos y la situación que vivimos. Para hacer cosas hace falta tener ganas de hacerlas y no siempre estos encierros proporcionan el ambiente y los estímulos para tomar los pinceles. Viendo qué hacíamos otros años por estas fechas (y por todas las de los últimos doce meses), uno ve que estaba allí o allá, con estos o quellos amigos, de encuentro de pintores o de cuadernistas, de viaje por Madrid o por Barcelona, por Veruela o por Almería, entre otros muchos que ahora repaso con envidia de mí mismo. Mucho ha cambiado la cosa. 
      Siempre se puede pintar o dibujar a partir de fotos. De hecho gran parte de mis acuarelas salen de ellas, menos los dibujos en cuaderno, siempre hechos a pie de obra. Algunos encuentros virtuales hemos tenido, y alguno más se acerca, como el de Elche. Pero no es lo mismo. Incluso las fotos que traemos de un viaje nos llaman más que las que podamos buscar por ahí. 
    Recurro a fotos de la familia, de archivo propio, paisajes, árboles y otros recuerdos, pendientes algunas a partir de una salida al embalse de Contreras, a la Manchuela, a Cuenca o al Júcar cercano. Estas acuarelas son de Navas del Marqués, en Ciudad Real, de Illescas en Toledo, y de esos cielos siempre gloriosos en la Mancha. Los árboles siempre son árboles, sean de donde sean y siguen siendo mi tema favorito.
   Después de las acuarelas Sonnet de San Petersburgo, vuelvo a las que habitualmente uso y controlo más: mis Daniel Smith, aunque siempre hay alguna de W&N, como el Smalt, un azul violáceo hermosísimo que he probado y seguiré usando. Junto al lapis, el verde de jadeíta, la amatista o esos tonos marrones y rojizos de hematite que tanto granulas. Con ellos he hecho suelos y troncos, como siempre. También el azul oscuro de sodalita para nubes y sombras intensas. ültimamente, me he quedado huérfano de papel artesano de Garzapapel y estoy con Arches satinado y otros de Saunders Waterford, que me están gustanto mucho. cabo de recibir dos o tres papeles de esta marca y habrá que ir haciendo pruebas y decidiéndose uno, que tampoco conviene, una vez probados, manejar demasiadas marcas ni en papeles ni en pigmentos. Una cosa son las probaturas, otra lo que se va quedando ya como materiales fijos.