Todas estas acuarelas se pintaron después del 16 de octubre, fecha de la entrada anterior. De forma que he trabajado mucho, por lo que veo. No me ha afectado el virus que hemos acabado pillando después de más de dos años de encierros y precauciones. Poca cosa ha sido.
Hay de todo en estas acuarelas, paisajes, lirios, marinas y paisajes de secano, pero sobre todo árboles, como se acostumbra. Como llega el otoño, sacamos a relucir los cadmios y quinacridonas, toda esa gama de amarillos, anaranjados y rojizos, unos por su intensidad y brillo, aunque algo opaco y la transparencia de los dorados de quinacridona. Para el ramaje otoñal y para los atardeceres van muy bien. También hay bastantes eucaliptus, de un grupo de facebook donde cuelgan fotos de árboles australianos. Me encantan estos eucaliptus descortezados con el tronco casi blanco. Tengo que trabajar más con algunas de esas fotos. Ya estoy pensando en el azul agrisado de lapislázuli y en el Smalt, azul cálido y con tendencia al morado de Windsor & Newton. El lavender de Daniel Smith tampoco irá mal, como ha ocurrido con algunas montañas lejanas, algunos cielos y brillos en los lirios. A veces viene bien que sean colores cubrientes, por el blanco de titanio que llevan, lo que los hace sedosos, aterciopelados.
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