El pasado día 27 de octubre se celebraba el I Encuentro de Ladrones de Cuadernos, colectivo de dibujantes en cuadernos que compartimos en el blog de ese nombre nuestros dibujos, acuarelas, informaciones sobre técnicas y materiales y, lo que es más importante, las vivencias a que dan lugar las situaciones de dibujar y pintar por esos mundos, hasta ahora, cada uno por el suyo. Después de varios años, iba siendo necesario poner cara y voz a esas personas con las que has ido manteniendo una relación cada vez más amiostosa y cercana. De forma que para Cuenca nos fuimos, que esa fue la mágica ciudad que para este primer encuentro se eligió, a propuesta de Anais que planificó todo con eficacia organizativa equiparable al desembarco de Normandía. Un éxito que habrá que repetir en otro lugar.
Salimos el viernes 26, sin prisas, temprano, para hacer parada en Alarcón, que también merece una visita después de haber pasado de largo tantas veces y adivinado el castillo, torres y murallas del sistema defensivo de esta villa conquense y el pantano desde la carretera. Muchas fotos, un dibujillo y comida compartida con tres gatos en la plaza frente al castillo, ahora Parador Nacional "Marqués de Villena", que visitamos después. El castillo, de origen árabe, perteneció al califato de Córdoba hasta que fue tomado en 1184 por Fernán Martínez de Ceballos, capitán de las tropas de Alfonso VIII. Tuvo gran importancia en la época y a su alfoz pertenecían aldeas, villas y lugares como Belmonte, Albacete, La Roda, Garcimuñoz, entre otras sesenta y tres. Siempre tierra fronteriza. Guerreros de su concejo participaron en 1212 en la batalla de las Navas de Tolosa.
Fue propiedad a principios del siglo XIV del Infante don Juan Manuel, como parte del señorío que le concedió Fernando IV. Allí escribio sus obras literarias. En el siglo XV, pasa al Marquesado de Villena, cuyo titular era Juan Pacheco. El paso de los siglos lo lleva de mano en mano, a manos tan nobles como indiferentes y descuidadas, casi hasta llevarlo a la ruina. El marqués de Frías, en 1863 se lo vendió a don Rafael Lázaro Álvarez de Torrijos por 20.000 reales, incluyendo "cuatro o cinco torreoncitos más". Se lo expropia el ministro Fraga Iribarne en 1963 para restaurarlo y convertirlo en el actual Parador de Turismo.
Estas dos acuarelas se pintaron posteriormente en casa a partir de las fotos, apunte y recuerdo. Las dos en Garzapapel, al primera de 500 gramos, la segunda de 180. Los pigmentos son Daniel Smith, lo que aumenta la textura y granulación del resultado. Como sigo con mis pruebas con los Versátil de Escoda, con ellos se han pintado. El segundo, de 20x14, es un reto para la finura de sus trazos.
A media tarde ya estábamos en Cuenca, la maleta en el hotel y los apechusques en el coche aparcado en toda la plaza mayor gracias a la extrema amabilidad y competencia de los funcionarios de la grúa municipal, supuesto espanto de aparcantes creativos. El primer contacto con ellos se produjo cuando hacía mil y una maniobras para conseguir desenhebrar el coche de una pequeña plaza cercana al hotel, placeta sin salida a la que ellos intentaban acceder para llevarse algún coche extremadamente mal aparcado. Al preguntarles por la existencia y ubicación de alguna plaza de aparcamiento para cojos, una vez acreditada por mi parte tan miserable condición, me remitieron a las que hay en la mentada Plaza Mayor, que ya había visto habitadas. Me indicaron que no tuviera inconveniente en ocupar la parada de taxis inmediata. Como tampoco allí había sitio, me dirigí al castillo, para dejar el coche allí encaramado, también sin éxito en mis búsquedas. Me los volví a encontrar y me insistieron en que volviera a la plaza y allí lo dejara en el lugar indicado como Dios me diera a entender. Lo dejé en la parada del autobús, en la que de todas formas observé que ni cabía ni utilizaba. No contentos con ello, volvieron por allí para indicarme que, cuando pudiera, lo aparcara mejor si algún lugar se quedaba libre y que mientras tanto no me preocupara. Me llevó dos cervezas esperar a que una de esas plazas al fin se desocupara. Y allí establecí mis reales durante toda la estancia.
Me extiendo en el lance porque he tenido otras experiencias que contrastan con lo anterior, sin ir más lejos, en el castillo de Santa Bárbara de Alicante. En Cuenca me he sentido bien tratado, invitado a regresar, como sin duda haré y no podía dejar de reflejarlo aquí para aviso de renqueantes. Desde aquí mi felicitación y agradecimiento a esos funcionarios que trasladan a su trabajo su condición de buenas personas, que ayudan, hacen la vida fácil a los demás y aportan a la ciudad tanto valor como sus paisajes y monumentos. En realidad, esa es su misión, pero algunos no lo entienden así. Espero y deseo que, como funcionarios, dejen de ver congelados o recortados sus salarios. No se lo merecen.
El primer agradable encuento fue con Oñera, delicado dibujante de árboles y farolas, hórreos y parques, al que sólo conocía por ellos y por sus excelentes escritos y comentarios. Ya en la plaza, mientras nos tomábamos algo, hice este primer dibujo que incompleto quedó e incompleto quedará. Poco a poco fueron acudiendo más, suficientes para irnos juntos a cenar y empezar a conocernos un poco mejor.
A la mañana siguiente, sábado 27, retrato oficial en las escaleras de la catedral, aunque todavía se fueron incorporando más amigos a lo largo del día. Abrazos, reconocimiento gracias a reventones claveles, caballetes, bolsas llenas de cuadernos y otros signos visibles. Luego dispersión por los mil y un rincones de Cuenca que da para pintar durante dos o tres vidas.
Habíamos dormido en una celda del antiguo convento de San José, hoy posada, pues ya es sabida por los habituales de mi blog mi querencia por cenobios, conventos y monasterios. De este recomendabilísimo establecimiento es el dibujo que abre esta entrada, realizado en casa ya a la vuelta a partir de mis fotos. Fue en su origen casa palacio contruído en 1621 por Juan Bautista del Mazo, pintor casado con doña Francisca Velázquez de Silva, hija del famoso pintor de la corte de Felipe IV a quien durante mucho tiempo se atribuyeron varias pinturas de su yerno. Indudablemente Velázquez pasó temporadas en esa casa. Posteriormente
sirvió de sede al Colegio de Infantes de Coro de la Catedral de San José,
formado por doce niños cantores. Espero que algo de los artísticos y benévolos espíritus de pintores y escolanos se nos pegara en esas dos noches.
La mañana del 27, dibujo con estilográfica coloreado con acuarelas posteriormente. La tinta es Carbon ink de Platinum, las acuarelas Rembrandt, colores básicos tradicionales y Jadeite de Daniel Smith, que nunca me falta. Sobre un cuaderno de Arches grano fino. Mirador con vistas a la iglesia de San Miguel. Un lugar maravilloso.
Antes de comer, mientras los demás iban acudiendo por esas cuestas, apunte con esos mismos materiales: pluma y acuarelas. Plaza Mayor.
Después de comer, en compañía de Virginia y Manuel Lorés, un dibujo con tintas y pincel de agua, terminado con toques de acuarela. Parte trasera de la catedral.
Por la mañana del 28, ruta por el castillo, miradores, Hoces del Huécar y el Júcar, playa artificial, viendo los árboles que se iban volviendo amarillos y rojizos, invitando a regresar dentro de unas pocas semanas para pillarlos con todo su color. Apunte con acuarelas y muchas, muchas fotos. También buenos recuerdos de esta breve e intensa salida a Cuenca con mis amigos del blog. Gracias a todos y todas, especialmetne a Anais, la organizadora y promotora de este encuentro.
Por último, ya en casa, otro dibujo, este con tinta china y pincel, de una de esas fotos del mirador ya mencionado. Habrá que hacer una acuarela con este tema.
Vídeos:
Maravilloso, además de ver alguna cara conocida como la del Maestro Urumo.
ResponderEliminar¡Cuánto me gusta que disfrutéis tanto!
Un abrazo.
Para mi también fue un placer conocerle y ver de cerca uno de sus cuadernos. Cada hoja una obra de arte.
EliminarIgual me ocurrió con otros amigos del blog de Ladrones. Un placer charlar, dibujar, compartir, comer, cenar y tomar un pacharán con ellos.
Claro que lo disfrutamos! Y...mucho!
EliminarEl próximo encuentro me encantaría que estuvieses tú!!!!!!!
Que envidia ! hermosos lugares, camaradería y los trabajos estupendos , felicitaciones !
ResponderEliminarLa verdad es que mereció la pena. Aunque se hizo corto.
EliminarA eso lo llamo yo dibujar a destajo, Pepe.
ResponderEliminarUn lujo ver tus trabajos, y más aún haberte conocido.
Un abrazo.
Hola Oñera.
EliminarMuchos, como se explica, se hicieron ya en casa. O en Alarcón.
Desde luego, disfruté mucho de vuestra compañía, especialmente con quien tuve tiempo y ocasión de pasar más tiempo, como contigo. Un placer.
Un fuerte abrazo.
Qué magnífico trabajo de dibujos y descripción nos acabas de hacer en tu cuaderno. Fue un lujazo haberte conocido, después de tantos correos cruzados.
ResponderEliminarPresentas preciosas acuarelas e historia sobre el castillo de Alarcón! En algún viaje que vuelva al lugar, no dejaré de visitarlo. Precioso!! También emocionante relato de las dificultades que tuviste para encontrar ese aparcamiento final, en medio de la plaza. Un chapeau, por esa población de conquenses que desbordan en amabilidad. Sean urbanos o no.
Por último, el dibujo incompleto del pórtico de la catedral queda así, GENIAL.
Ya te conocía, pero he descubierto en persona, al admirado humano, dibujante y acuarelista PEPE. Ha sido un gran honor haberte conocido y a tu simpática esposa.
Ah, donde compraste ese juego de tizas que hablas en otro lugar? Es fácil?
Un fuerte abrazo.
Ya tenía yo ganas de conocerte en persona, porque contigo es con quien más contacto e intercambio de impresiones he tenido de Ladrones de cuadernos. Tus dibujos, que pude tener en las manos, todo un lujo. Coincidimos más en las dos cenas y la comida que dibujando, que yo me moví menos que vosotros ese sábado. Pero llegamos a tiempo de tomarnos un pacharán.
EliminarAlarcón merece la pena visitarlo. Impresionante. Cuando estén los chopos amarillos, mejor.
Las tizas las compré en la propia casa del fabricante, Viarco, en Portugal. Art Graf, se llaman estas tizas de grafito.
http://www.viarco.pt/produtos_artgraf.php
Además de las tizas, la de sastre y una barra cuadrada, compré una pastillita redonda de acuarela de grafito, en una lata como el betún de los zapatos. Las pruebas que he hecho me han gustado. Os lo contaré despacio en ladrones o en mi blog.
Me ha resultado sorprendente esa acaurela de grafito. Una cajita pequeña que te da tinta con el pincel de agua. Cuando se seca, se comporta como el grafito, se puede extender con los dedos como si fuera lápiz, borrar con goma... Luego parece que se fija más. Habrá que hacer más pruebas.
Se puede comprar en ese enlace y pagar de cualquier forma, tarjetas, Paypal, transferencia... Envío por correo. 7,5 euros de gastos.
Bueno, hasta pronto.
Un abrazo.
Hermosos trabajos en un encuentro sinigual., por lo que cuentas en este espacio. . He recorrido tu blog y quedé maravillada con la calidad de tus obras, además las explicaciones precisas y el material usado. Todo un lujo!!!!. Saludos!!!
ResponderEliminarMuchas gracias. Gracias por visitar y blog y por tu comentario.
EliminarUn abrazo.