Los habituales de mi blog ya saben que soy un catacaldos, que me gusta probarlo todo y que mi afición por plumillas, tintas, papeles, pinceles y demás instrumentos de dibujo y escritura linda con lo enfermizo, siendo una de las causas de mi ruina.
No es de extrañar, pues, que tenga varias gavillas de pinceles de las más variadas marcas, formas, tamaños y procedencias. Cada pincel es diferente, ninguno está demás y nunca tendremos suficientes.
Dicho esto, resulta que uno comprueba que, catas aparte, al final vuelves a tus papeles, colores, tintas y pinceles de siempre, aquellos que te ayudan, que te hacen fácil el trabajo y que, lo que es esencial, suman en lugar de restar al resultado final. Una buena herramienta debe ser dócil, previsible, fiable, duradera, y de la máxima calidad que uno pueda permitirse. Sería lamentable que si un día las Musas se acuerdan de nosotros nos pillaran pintando sobre el reverso de un almanaque, con malos pigmentos y con un pincel penoso. Hay que estar siempre prevenido por si las musas se dan a vistas. Yo no puedo escribir una novela en la parte de atrás de un mazo de facturas. Antonio Gala puede, pero yo no. Tampoco podría escribirla en una mazmorra como Cervantes, pero por eso, entre otras cosas, era Cervantes.
Dicho esto, resulta que uno comprueba que, catas aparte, al final vuelves a tus papeles, colores, tintas y pinceles de siempre, aquellos que te ayudan, que te hacen fácil el trabajo y que, lo que es esencial, suman en lugar de restar al resultado final. Una buena herramienta debe ser dócil, previsible, fiable, duradera, y de la máxima calidad que uno pueda permitirse. Sería lamentable que si un día las Musas se acuerdan de nosotros nos pillaran pintando sobre el reverso de un almanaque, con malos pigmentos y con un pincel penoso. Hay que estar siempre prevenido por si las musas se dan a vistas. Yo no puedo escribir una novela en la parte de atrás de un mazo de facturas. Antonio Gala puede, pero yo no. Tampoco podría escribirla en una mazmorra como Cervantes, pero por eso, entre otras cosas, era Cervantes.
Los más antiguos pinceles que conservo, además en buen uso, son dos de Escoda de marta kolinsky. Uno del 8 y otro del 10. Vergüenza me da decir los años que están en mis manos. Ahora tengo además uno nuevecito del 12. Una acuarela que hice con el 8, el primero que compré, está fechada en 1980. Cierto es que ha perdido algo de punta, porque mi inexperiencia permitió que lo frotara con frecuencia contra unas acuarelas en pastilla que, por su uso poco habitual, eran un verdadero papel de lija. Por eso me compré unos años después otro del 10. Entonces esos tamaños eran bastante gruesos para mi. Luego ha habido que ir añadiendo otros de mayor tamaño, vacuna contra el exceso de detalle y capaces de pintar un cielo en tres brochazos. En la siguiente foto se ven algunos de mis Escodas.
Lo más peliagudo, palabra que viene al pelo, es comprar un pincelazo de marta del 24. Una fortuna y dos martas sin rabo. Recurrimos a los de petit gris, de esos atados con un alambre. Toman muchísima agua y pigmento, son suaves y sedosos, algunos puntean, pero carecen de nervio. Como le ocurre a los pinceles chinos, se quedan en la última pose adoptada, lo que puede ser útil para la forma china de pintar hojas y flores, aprovechando las insólitas formas que va adoptando el mechón. Además está lo del alambre. El agua se mete por dentro del plástico que envuelve el mechón, se mancha la madera, se moja, se estropea, se le cae el barniz... Hay a quienes eso de la igual. A mi no y a las ardillas creo que tampoco.
La acuarela necesita un pincel suave, que acaricie el papel. Si se pasa sobre una capa ya pintada, incluso húmeda, debe ser tan poco abrasivo y sutil que no la levante y se la lleve puesta. Debe almacenar mucha agua y pigmento, algo esencial, sobre todo cuando el formato de la pintura aumenta. Aunque sea un formato pequeño, la acuarela necesita agua, no tanta como algunos piden, que más parecen regantes, pero no obligarte continuamente a recargar el pincel, incluso volver a buscar la misma mezcla... Hasta las líneas finas salen mejor con un pincel, si no grueso, al menos largo de mechón, para que almacene suficiente pigmento. En fin, no todos los pinceles son adecuados para este arte exigente y particular.
El tema del precio hace que miremos hacia las fibras artificiales. También otras consideraciones, no poco relevantes, sobre de dónde salen esos pelos maravillosos de ciertos pinceles de fibra natural. No falta mucho tiempo para que algunos de estos pinceles escaseen, y que comparlos y utilizarlos sea visto con la misma simpatía que quien sale a la calle forrado de cadáveres de zorro o de visón.
Hace bastantes años leía en Hispacuarela las prolijas y detalladas explicaciones de Josep Escoda sobre la construcción de pinceles, los experimentos y búsquedas de fibras artificiales que fueran sustituyendo a las naturales, por los motivos mencionados. No es de ahora la cosa, pues. He ido probando estos años todas esas fibras, me falta la Toray blanca, que dicen que resulta ser la más suave de todas, y cada día se han ido superando. La suavidad, la punta, la respuesta, la duración... Cada vez más difícil distinguirlas de las naturales. El único problema siempre ha sido su menor capacidad para retener líquido, aunque las fibras que conocía de Escoda pasan holgadamente dicha prueba. Los pinceles de Sabadell, ellos sabrán cómo lo hacen, duran una eternidad, y sean de lo que sean tienen una punta afiladísima, que además conservan con el tiempo, nunca se les cae un pelo ni termina la virola por tomar holgura con el mango de madera. Además son hermosos, construidos por gente que se nota que disfruta haciéndolos.
Lo de soltar pelos no va de broma. Los pinceles chinos, —y digo los que utilizan los pintores chinos, no los que venden en las tiendas de chinos, que eso no merece ser llamado pincel—, son suaves y afilados, con un comportamiento parecido al petit gris. Sin embargo, una vez terminada la acuarela, hay que depilarla a conciencia, pues se queda medio pincel viviendo en el paisaje que acabas de pintar. Con los hake anchos ocurre igual con demasiada frecuencia.
Los Escoda de la serie Último, imitación de petit gris, tienen muchas de sus cualidades, especialmente la de retener mucho líquido, aunque tienen más nervio y respuesta que los naturales. A cambio, son ligeramente más duros. Para ciertos temas y algunas formas de pintar, retirando pigmento para abrir blancos, son insuperables. No es de extrañar que Cembranelli les preste su nombre, pues utiliza mucho ese recurso. También usa otros planos de la serie Tendo, que no he probado. Viendo sus vídeos se nota que absorbe mucha pintura, puesto que es capaz de retirarla del papel mojado, abriendo unos blancos perfectos para sus flores.
Los de la serie Versátil han sido toda una sorpresa para mi. Empecé con dos, uno redondo del número 10 y otro del 6, de mechón largo, ideal como rigger, para detalles, largos trazos finos, firmas y demás. Hace un par de semanas compré otros tres: uno plano de 1 pulgada, otro redondo del 18 y uno de bolsillo del 12. La primera de las acuarelas se ha pintado íntegramente con ese pincel de bolsillo, una joya.
No sé si será posible que una fibra artificial se asemeje más a la marta. Hay que tener en cuenta que el mechón está formado por fibras de diferentes grosores y, por las variaciones de color, tal vez también tipos de fibra. Es un experimantado blended, un adecuado coupage como en los buenos cavas, pero hecho con pelos. Tienen todas las virtudes de esos pinceles de marta que vienen a sustituir, a un precio verdaderamente asequible. La punta es marca de la casa, como el acabado y los materiales utilizados en su manufactura. Seguramente ya no tenga que reponerlos, dada mi avanzada edad y lo que me han durado los que tengo de Escoda.
Esta otra acuarela anterior, sobre Guadalest, se ha pintado con dos Versátil: redondo del 10 y largo del 6, para detalles y ramas de los árboles. Los verdes siempre incluyen jadeite en su mezcla, y en las zonas a las que quiero añadir textura, suelo recurrir a Sodalite, un azul casi negro, unos pigmentos de la serie Primatek de Daniel Smith, que se han hecho también insustituibles para mi. Igual que algunos azules y tierras de esa marca.
Para los efectos de las rocas, la rugosidad de un trazo rápido con un pincel plano y con poca agua, se ha usado la paleta de 1 pulgada de la serie Versátil. También para el cielo y los lienzos de las paredes. Con su canto afilado salen rectas para ramas, tejados y ventanas. Lo demás con el redondo Versátil del 18 y el de bolsillo del 12. Parece que, para los formatos habituales en mi, esos son los tamaños adecuado, pues creo que siempre hay que utilizar un pincel del mayor grosor posible en cada situación. La punta de estos pinceles lo permite.
Como siempre, gracias por compartir tus conocimientos y experiencias. Yo también utilizo algunos escoda para mis acuarelas y bocetos con tinta y comparto tus afirmaciones. Si me permites una recomendación, prueba la serie 4050 de la firma Princeton, llevo usándolos durante años y su precio es inmejorable para la calidad que ofrecen. Un saludo desde A Coruña
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario y tu sugerencia, que intentaré probar.
EliminarSaludos cordiales.
Hola.
ResponderEliminarVivo en Japón y los pinceles japoneses usados para la aguada (sumie) no pierden pelos si son de buena calidad. Para usarlos hace falta algo de experiencia en caligrafía china o en su forma de pintar.
Ciertamente carecen de nervio, pero eso es una ventaja enorme para algunas formas de hacer los FUNDIDOS. Especialmente el cabello.
Los vídeos de Liu Yi, en Youtube, son muy buena muestra de esto.
https://www.youtube.com/watch?v=HqDC0cNIGi0
Un saludo.
Gracias por tu comentario.
EliminarNo dudo de que existen pinceles chinos de mejor calidad de los que yo he podido utilizar. Y me refiero a la manufactura, no a los materiales. Su mango de bambú, lacado en algunos casos, y su pelo natural, suave, flexible y que absorbe mucha agua, mantiene una buena punta y que, como dices, con escaso nervio, ofrecen muchas posibilidades de trazos imposibles de conseguir con otro tipo de pinceles. Llevan miles de años haciéndolos y con ellos han pintado y pintan maravillas que nos asombran. Muy difícil conseguir ese dominio del pincel que tienen los orientales, acostumbrados a escribir con ellos.
No hay más que ver sus obras y vídeos, los de Liu Yi, que conozco, y otros muchos, antiguos y modernos. De algunos de ellos he hablado en mi blog. Otros están en cartera para traerlos en cuanto pueda.
Ahora bien, los que tengo (y he probado muchos), sueltan pelos. Cierto es que un amigo me trajo de China unos cuantos que son infinitamente mejores que los que había podido comprar aquí. Algunos incluso habían perdido todo el mechón, que estaba sujeto de una forma bastante chapucera.
Seguro que estos pintores utilizan otros mejores y seguro también que con la antigüedad y tradición del uso y fabricación de papeles, tintas y pinceles, debe haber otros maravillosos que yo no he tenido oportunidad de conocer. En Japón deben de fabricar muy buenos pinceles, sin duda, aunque difícil es encontrarlos por aquí, cosa que me encantaría.
Esto de perder pelos me ocurre también con las paletinas tipo hake, fabricados en occidente, a veces patrocinados por pintores conocidos como Ron Ranson. Incluso esos recomiendan hervirlos o meterlos en agua caliente para (no s´`e cómo ni porqué), así evitar que se caigan los pelos, cosa frecuente.
Hablo bien de los de Escoda porque tengo algunos de marta más de treinta años, algo despuntados ya, pero que no han perdido ni un pelo. También es cierto que con lo que vale un pincel de marta compras dos docenas de pinceles chinos. Al menos de los que yo tengo.
Saludos cordiales.
El problema siempre es el idioma. Mírate esta página. Es del principal vendedor al por menor de Tokio. Al menos Chrome te la traducirá automáticamente.
Eliminarhttp://webshop.sekaido.co.jp/category/category.php?ct1=05&index=05
http://webshop.sekaido.co.jp/category/category.php?ct1=05&ct2=0504&index=05
http://webshop.sekaido.co.jp/category/category.php?ct1=05&ct2=0504&ct3=050401&index=05
En esta web norteamericana venden pinceles chinos. Pero yo no me fío de la calidad de cosa alguna que se produzca en ese país:
http://www.asianbrushpainter.com/brushes/collectors-paint-brushes.html
Rosemarie garantiza la buena calidad de lo que se le compre:
http://www.rosemaryandco.com/watercolour-brushes/japanese-oriental
Yo nunca he tenido problemas con los pinceles japoneses. No sé cómo serán los pinceles chinos que se vendan como de buena calidad. Pero algunos que compré baratos tuve que tirarlos a los pocos días por que no eran útiles para pintar y además perdían todos los pelos.
Los japoneses para pintar a la acuarela usan indistintamente pinceles occidentales de marta y ardilla y japoneses. Liu Yi también hace lo mismo. Los pelos que usan suelen ser de cabra, caballo, comadreja y tejón. A veces también de lobo (lo más posible que sea de perro. Por que lobos aquí no hay). También están usando pinceles sintéticos mezclados con pelo natural. Los pinceles de pintura japonesa (una especie de temple a la cola) son distintos a los de caligrafía, acuarela y aguada (suisai y sumi-e, respectivamente).
Si deseas algo del catálogo dímelo e intento conseguírtelo. Yo suelo visitar esa tienda de Tokio casi todos los meses.
Un saludo.
Muchas gracias de nuevo por la información y por el ofrecimiento de ayuda.
EliminarMe imagino que los pinceles japoneses serán mejores que los chinos que yo conozco. Igualmente, como decía en el comentario anterior, habrá otros pinceles chinos mejores que los que llegan aquí.
He comprado algunos papeles de arroz y varias barras de tinta. Igualmente hay calidades diferentes, como he podido comprobar.
Miraré esos enlaces con detenimiento.
Saludos cordialers.
Lo cierto es que los pinceles japoneses buenos son muy caros por que están hechos de forma artesanal. Por ejemplo, la parte central del pincel puede ser de pelo de lobo y las capas externas de cabra y cosas semejantes. Pero los pinceles hechos de forma industrial suelen ser mucho más baratos que los occidentales de marta o ardilla.
ResponderEliminarUna curiosidad es que en Japón también están vendiendo los pinceles de Escoda. Aunque la verdad es que a mí me parecen muy inferiores si los comparamos con los Raphael o los Rembrandt.
Hoy he conseguido en una biblioteca pública un libro de Liu Yi. Contiene varias docenas de reproducciones.
Un saludo.
Gracias por compartir , experiencia y placer en bellas frases.
ResponderEliminarDe la primers imagen , alcanzó a ver unas paletinas de pelo de Camello que también tengo, las de pelo corto, casi un regalo en precio, en mi país (Colombia) y que compre impulsado por ello y por qué seguramente y fue así no se volvieron a ver,, he intentado darles algún uso y nada, para mojar y eso,, Algún comentario por favor...
Igual puede compartirnos sobre "portapinceles", paletas, etc , Muchas gracias
Esas paletinas, muchas veces fabricadas en China y Japón, toman mucha agua, sirven para cielos, mojar el papel, para llenar grandes superficies...
EliminarPero no solo eso. Toman un borde muy afilado que sirve para muros, árboles, troncos, incluso detalls más concretos. Es crítico el escurrido antes de pintar, pues cargan excesiva antidad de agua.
Busca en youtube algún vídeo de Ron Ranson. Él lo pinta todo con estos pineles. Te asombrará.