Hay encima de la mesa un proyecto para una posible exposición durante el próximo mes de agosto. Se haga o no, yo ya me pongo con las brochas. En Alpera, uno de los mejores pueblos del mundo, si no el mejor, donde mis pelos largos y yo llegamos con 25 años. Fue mi casa, nuestra casa, y ha sido el único pueblo que he considerado mío. Primero fue Pozo-Cañada, luego 14 meses y un día vigilando al enemigo desde una garita en La Coruña; después Viloví del Penedés, donde el cava, con el —ese sí, que otros no— honorable Tarradellas recién regresado...
En fin, que he vivido en otros pueblos, como se ve, que los maestros y los militares nos movemos mucho, pero en todos los demás me he sentido como un extraño de paso. Allí estuve viviendo y trabajando de maestro desde 1979 hasta 1992. Bueno, los dos últimos dos años vivía allí pero trabajaba en Almansa, en el Centro de Profesores, como Asesor de Lengua y Literatura. Luego me pasé a Albacete y a la informática, también como Asesor en el Centro de Profesores, cuando el proyecto Atenea, para dar pie a que nos llamaran "desertores de la tiza", que también en este gremio de los docentes, cosa normal en nuestro país, en cuanto asomas la cabeza, te la cortan.
En aquella época algunos ordenadores empezaban a incorporar un maravilloso disco duro de 20 Mb, aún no tenían tarjeta gráfica y no sabían hacer un redondel en sus pantallas de fósforo verde. El primer módem que conocí venía en una maleta que aún conservo para meter el taladro y las brocas y era de grande como una bacalá más que mediana. Unos años después algunos de mis talludos discípulos de los cursos de informática para docentes levantaban los primeros ratones un palmo de la mesa para intentar desplazar hacia arriba el cursor por la pantalla. Con los niños, incluso los más pequeños, nunca he visto tal desatino. Como ahora hacen con los antivirus, al comprar uno de mis ordenadores vino como regalo un programa que se llamaba Windows, aunque yo hubiera preferido las inutilidades Norton. Desde entonces para acá inicié mi lenta e inexorable deriva hacia mi actual obsolescencia informática. La lengua y la literatura han cambiado menos y en cuanto me descuido me pongo elocuente. La parrafada que ahora termina es una muestra de ello, seguramente mala.
Desde el cerro del Bosque, donse se encuentra la cueva de la Vieja. Al fondo el Puntal de Meca
Nieve en el Puntal de Meca
A lo que vamos, que me disperso, cosa rara en mi. Puestos a pintar sobre Alpera, dispuesto a acuarelar sus paisajes, rincones y veredas, que muchos hay
merecedores de ello, hago algunas visitas a la zona, muchas fotos y
algunos dibujos y bocetos. De paso repaso la historia de la Apiarium romana, —la de las colmenas—, topónimo cuyo origen atribuyen otros al árabe Al-Behera, 'la laguna', lo que situaría en el castillo de San Gregorio, tomado a los árabes en 1243, y La Laguna la ubicación inicial de esta población, antes de un traslado que ocurrió a mitad del siglo XV. O la Alpera de la cueva de la Vieja, la de los cazadores que pintaban en los abrigos de los cerros a sus chamanes y sus arqueros, sus danzas y vivientes bodegones mágicos propiciadores de que los ciervos acudieran a sus despensas; o la Alpera ibérica de Meca, ciudad casi inaccesible, de inmenso tamaño, con graneros, aljibes y caminos que caracolean cerro arriba profundamente excavados en la roca viva donde los carros marcaron las huellas de sus ruedas en un subir y bajar de siglos, enlazando con la Vía Augusta.
Dios y ayuda le costó a Roma conquistarla y borrar su nombre de la historia. Aunque desde esta ciudad, cuyo topónimo ibérico se desconoce que "murió el onbre et murió el nonbre", se mira al valle donde está Alpera, administrativamente pertenece a la más lejana Ayora, ya en el reino de Valencia, cuyos límites provinciales sin duda marcó un arqueólogo valenciano. La primera noticia que tuve de Meca, la Troya ibérica, fue leyendo el "Tartessos" de Schulten en la benemérita colección Austral. Con posada en Alpera, no sé si ya regentada por los antepasados de mi colega Rosario o por los de mi amigo Luis Piqueras, en los años de la I Guerra Mundial, también el arqueólogo alemán apreció la bondad de su jamón y sus chorizos, de su pan blanco y de su vino —las naranjas serían del reino—, así como lo hospitalario de sus genttes. Porque para subir a Meca, y más antes de haber despejado veinte siglos de escombros en sus profundos caminos, hay que llevar buen almuerzo.
Desde la ciudad ibérica de Meca
De Alpera a Higueruela
Sirven estas fotos que ahora hago para refrescar la memoria, pues hace muchos años este era mi paisaje. Lo he visto en todas las estaciones y colores; blanco de nieves, encendido de cielos al atardecer, rojo de ababoles, granate de cepas de tintorera, verde de trigos y cebadas, brillante de oros cuando la siega y oscurecido por los nublos, arrasado cuando los granizos y anegado de agua cuando las riadas. Porque este hermoso pueblo no tiene río en plantilla, aunque sí puentes como el del Malecón de regusto cubano, para que las aguas pasen por donde tenían por costumbre discurrir antes de ser derivadas por acequias, regueros y azarbes. Hace casi ochocientos años que las aguas que manan por infinidad de fuentes y veneros fueron dispersadas por su vega, llegando a mover veinte molinos.
Llegué a tiempo de ver alguno funcionar, con su molinero blanqueado de harina, como la fantasma. Aún sobran aguas para que una presa levantada en el siglo XVI las detenga y guarde en el pantano de Almansa. Construido en 1584, parece ser el más antiguo de Europa de los que siguen en uso. Comparte tal honor con el de Tibi, iniciado en 1580 y que fue el más alto y mayor del mundo conocido en su época. Doctores tiene la iglesia y no entraremos en esa disputa. Decir que, con sus más y sus menos históricos, los lugareños de Alpera se llevan bien con quienes en Almansa esperan estas aguas sobrantes monte abajo dice mucho y bueno de los moradores de ambos lugares, pues los regantes sabido es que se avienen a todo menos a la razón. Cierto es que este pantano antañón había caído en un ligero descuido y las aves ya hacían pie, llegando a estar casi colmatado por 600.000 metros cúbicos de fango, ahora retirado. Aquí se puede uno ilustrar sobre el tema.
La última vez que hubo que poner paz para que se cumplieran los acuerdos de 1338, en tiempos del Infante don Juan Manuel, fue cuando seis vecinos de Alpera compran todo el término a Chinchilla y dejan de cumplirlos. Juan Pacheco pone orden entre Chinchilla y Almansa, se autoriza excavar la acequia (más bien limpiar la antigua de los almohades) que lleve las aguas a Almansa. Alpera regará de día, Almansa de noche, en pascuas y domingos y aquí paz y después gloria. Luego llegará el pantano, otra historia.
Estanque de la fuete del Piojo, cerca de Alpera
Flores, árboles y cepas cerca de San Gregorio
Valle, la Vega y La Laguna
Encina vestusta de La Mejorada
El Mugrón nevado
San Gregorio, con los restos del castillo árabe. Origen de Alpera.
Dos versiones de un campo de ababoles por la vega de Alpera. Hace unos días.
Imágenes del documento FR,AGS,R-35/3 / Carta Privilegio de Felipe II a D. Pedro Verasategui, concediéndole las alcabalas y tercias de Alpera, a cambio de las salinas de Ontalvilla y Ves que le fueron requisadas por la Corona.
L'Antropologie. "Les peintures rupestres d'Espagne", Paris 1915. L'abbé H. Breuil et Miles Burkitt. Pag. 313 y siguientes. Desde Alpera al Monte Arabí. (Yecla).
En 13 de octubre de 1.264, Alfonso X, concedía a
Almansa y sus moradores `Alpera et Carcelen et Bonete, que los ayan con todos
sus terminos et con sus aguas et con sus pastos et con sus montes asi como los
avien en tiempos de los almohades`... Pero en 1.316, don Juan Manuel, bien por
circunstancias adversas guerreras o por alianzas que fortalecieran su poderio
bélico, cedió (o perdió) dichas tierras, que pasaron a la entonces muy poderosa
ciudad de Chinchilla, que se apresuro a repoblar la zona y colocar los mojones
divisorios.Menos mal que el belicoso caballero tuvo la precaución de reservarse
para si el derecho sobre las aguas de Alpera (que posteriormente cedería
a los de Almansa), ya que de otro modo, los vecinos de Alpera
hubiesen impedido que llegasen a estos campos y la evolución y
desarrollo de
Almansa hubiese sufrido un serio quebranto.
En el Legajo 81 del Archivo Municipal de Almansa,
que trata de las Executorias de las Aguas de Alpera, folio 29 y vuelto, encontramos lo siguiente:
"Del proceso resulttaua que la Ejecuttorias, y demas dequese balia la
contraria las hauia obtenido en tiempo que si huvieran intervenido
las circunstancias que de presente havia no huuieran conseguido, el
derecho a
dichas Aguas pues no era berosimil, quesi Alpera huviera tenido, el
Vezindario
y Tierras metidas en lavor con que en el dia se halla huviera concedido
en ceder el Agua que necesitava para suspropios usos, ni permitido que
passaran por
todo su Termino sin poderse aprovechar de ellas era indisputtable que al
tiempo
de conceder a la Villa de Almansa el aprovechamientto eb las Aguas era
Alpera
un mero heredamiento situado en el paraje que llamavan San Gregorio con
un vezindario sumamentte reducido de forma que por falta de personas las
tierras se
quedavan sin cultivar, y empradizadas, o montuosas, de modo que para las
pocas
quese cultivavan les sobreva mucha a Agua..."
En 1.338, el núcleo de población continuaba estando en San Gregorio,
junto al Castillo, según lo que se dice en el convenio establecido en
ese año entre Almansa y Chinchilla para el aprovechamiento de las aguas
en el que se establecían duras penas para los contraventores de las
ordenanzas
que lo regían.
"Otrossi, si ganados que fueren de nos ni de nuestros términos
entrare a bever enla dicha acequia en el termino de nos los de
Chinchilla
sino en los dichos lugares, que caya en esta pena et perfaga el daño que
fizieren en la dicha acequia et lo que fincaren que sea para el muro
del castillo de
Alpera..."
En 1.575, Felipe II concedió la emancipación a los
85 vecinos de que constaba la villa, mediante el pago de 5.000 ducados a
la Corona. Es de suponer que en esa época ya se trataba del
emplazamiento actual.
Del estudio de Aurelio Pretel ya citado, publicado en Al-Basit, saco el documento de 1338 que autoriza excavar la acequia de Alpera a Almansa, acuaerdo entre Chichilla y esta última ciudad, que correrá con los gastos.
Vídeo en youtube sobre las pinturas rupestres de la Cueva de la Vieja. Rafael Jara.
Vídeos sobre la red de caminos del Castellar de Meca, sus murallas y restos.
Llevo ya tiempo contemplando tu obra y me gusta. De hecho te tengo en favoritos y suele consultar de vez en cuando. Yo también, entre otras disciplinas hago acuarela, pero no a ese nivel, sé que es cuestión de "oficio"y con el tiempo se supera, aunque algo tienes que llevar innato de familia. Esta exposición que dices resultará interesante, vas a exponer unas acuarelas muy gratas a la vista, suaves de color y profundidad en el paisaje. Destaco esas improntas de "De Alpera a Higueruela" y "Flores, árboles y cepas cerca de San Gregorio". Gracias por tu blog, es digno de admirar y de tomar nota. Un cordial saludo, Antonio
Muchas gracias por tu amable comentario y por la atención que prestas a las cosas de mi blog. Sobre las acuarelas, efectivamente como en tantas otras cosas, todo es cuestión de tiempo y práctica, de ver cómo otros recuelven los problemas, de insistir e insistir... No está demás una cierta solvencia con el dibujo, base de todo, pero lo importante es no rendirse con el trabajo. Espero que la exposición esté bien. Me faltan muchas por hacer, si quiero que sean de Alpera la mnayor parte de las que se expongan. Por eso titulé la entrada como I, porque habrá una segunda, al menos, con las que vaya haciendo. Un abrazo.
Permíteme, Pepe, que te felicite por esta colección de acuarelas que has colgado y que van a formar parte de tu próxima exposición. Guardan una coherencia muy patente y se muestran insinuantes de soluciones aparentemente fáciles a problemas que no lo son, lo que demuestra tu dominio y oficio. Tu experiencia con las flores te hace hasta atrevido con el color, cosa no siempre fácil en acuarela, como bien sabes. A ver si encuentro un momento de sosiego para contestar tu último correo, que esta dispersión de la que hablas acaba pasándonos factura a todos a partir de una edad… De momento, chapeau por estas excelentes aguadas, que se nota que están hechas con el amor de los buenos recuerdos.
Muchas gracias, querido y admirado Laurentino, por tu comentario sobre mis acuarelas. Todo un premio para mi lo que dices de ellas, un estímulo para seguir trabajando y aprendiendo. Como la mejor comparación, la única razonable, es contrastar lo que uno hace ahora con lo que antes hacía, debo decir que estoy razonablemente satisfecho de mis acuarelas últimas, no por considerarlas maravillosas, pero sí mejor que lo que pintaba hace un par de años. Ahí estamos luchando con los verdes, intentando centrarme entre un abanico, seguramente excesivo, de pigmentos, para llegar a conocer bien unos pocos, cosa que voy consiguiendo en parte. Sobre los correos, no son necesarias las prisas, como es nuestra costumbre. Llevas razón en lo de los buenos recuerdos y en mi cariño por un paisaje, un pueblo y unas personas con las que pasé muchos años. No estoy de acuerdo con esa frase de no volver a donde fuiste feliz. Aunque no con la frecuencia deseable, nunca he dejado de regresar a Alpera, donde me siento en casa. Cierto es que la vida pasa, todo cambia y, lo que es peor, echas de menos a personas que ya no están allí, pero sí en tu memoria y en tu corazón. Pero sabes que soy un optimista y que es necesario ver el lado bueno de la vida. Que lo tiene. Es mala cosa pretender que la vida, la realidad, se detenga para no dañar nuestros buenos recuerdos. Por eso sólo me identifico en parte con Félix Grande:
"Donde fuiste feliz alguna vez no debieras volver jamás: el tiempo habrá hecho sus destrozos, levantando su muro fronterizo contra el que la ilusión chocará estupefacta. El tiempo habrá labrado, paciente, tu fracaso mientras faltabas, mientras ibas ingenuamente por el mundo conservando como recuerdo lo que era destrucción subterránea, ruina.
Bueno, empezando por el final, estoy de acuerdo con el poema de Félix Grande, porque leyéndolo, me siento totalmente identificado, salvo en lo de no volver jamás. Pepe, pintas muy... pero que muy bien! Tu tesonería, ganas de aprender e investigación te han llevado a lo que haces ahora. La redacción de tu historia, de tu vida es fantástica. Mira que me has tenido toda la mañana con este tema, con esa relación de bibliografía y lecturas recomendadas, que expones al final (he leído unos cuantos) y finalmente con esos vídeos tan interesantes que nos muestras. Todos los he visto y disfrutado adquiriendo conocimientos que ignoraba totalmente. Cuanta historia! y cuantos años de esa historia encierran esos campos de Alpera. Cómo los quieres!! Es impresionante cómo el sentimiento te lleva a describirlos de esa manera y encima pintarlos. Muy bien! Te felicito. Espero que cuando hagas el libro, porque lo harás, bien ilustrado, pueda adquirir uno, para deleitarme con esa historia que forma parte de tu vida. Un fuerte abrazo.
Muhas gracias, amigo Joshemari. Esta zona, como otras muchas de España, está llena de historia. Siempre ha sido el paso obligado entre la costa y el interior, este corredor de Almansa, lleno de abrigos con pinturas rupestres y restos ibñéricos, ya veía pasar las vías romanas, prácticamente por las mismas rutas que ahora usan las autopistas o el AVE. El marquesado de Villena, un estado dentro del estado, fue muy importante en la edad media, en estas tierras siempre fronteriza que fueron árabes durante siglos, lo que explica la abundancia de torreones y castillos, unos en ruinas, otros relativamente bien conservados. Como son terrenos secos, ha sido muy importante el uso y reparto de agua, su canalización, desecación o encauzamiento de zonas pantanosas de las que aún quedan, incluso otras que rebrotan e inundan algunas zonas cuando llueve fuerte. Hay mucho que ver, aunque poca gente se detiene para hacerlo, que los destinos turísticos de la costa están a muy pocos kilómetros y esto es lugar de paso. Tal vez sea mejor así. Como me ha gustado siempre la historia, he estudiado algunas cosas, leído mucho y visitado lugares y yacimientos arqueológicos, abrigos con pinturas, restos ibericos y romanos, lagunas que sólo les interesan a los pájaros que paran a descansar... De ahí a escribir un libro hay mucha distancia, que ya me gustaría a mi, que tema hay. Afortunadamente cada día se investigan más cosas, se excavan yacimientos y se publican estudios y memorias, aunque menos de lo que el tema merece. Siempre falta dinero para estas cosas. Llevas razón en lo de los sentimientos y en que estos lugares forman parte de mi vida. Sigo viniendo por aquí- Ayer mismo volví para cerrar con el Ayuntamiento los detalles de mi exposición, que se inaugurará el próximo 7 de agosto. Todo facilidades y ayudas. Muy de agradecer. De forma que me pongo a terminar las últimas acuarelas y a enmarcar como un loco. Un fuerte abrazo.
Llevo ya tiempo contemplando tu obra y me gusta. De hecho te tengo en favoritos y suele consultar de vez en cuando. Yo también, entre otras disciplinas hago acuarela, pero no a ese nivel, sé que es cuestión de "oficio"y con el tiempo se supera, aunque algo tienes que llevar innato de familia. Esta exposición que dices resultará interesante, vas a exponer unas acuarelas muy gratas a la vista, suaves de color y profundidad en el paisaje. Destaco esas improntas de "De Alpera a Higueruela" y "Flores, árboles y cepas cerca de San Gregorio". Gracias por tu blog, es digno de admirar y de tomar nota. Un cordial saludo, Antonio
ResponderEliminarMuchas gracias por tu amable comentario y por la atención que prestas a las cosas de mi blog.
ResponderEliminarSobre las acuarelas, efectivamente como en tantas otras cosas, todo es cuestión de tiempo y práctica, de ver cómo otros recuelven los problemas, de insistir e insistir... No está demás una cierta solvencia con el dibujo, base de todo, pero lo importante es no rendirse con el trabajo.
Espero que la exposición esté bien. Me faltan muchas por hacer, si quiero que sean de Alpera la mnayor parte de las que se expongan. Por eso titulé la entrada como I, porque habrá una segunda, al menos, con las que vaya haciendo.
Un abrazo.
Permíteme, Pepe, que te felicite por esta colección de acuarelas que has colgado y que van a formar parte de tu próxima exposición. Guardan una coherencia muy patente y se muestran insinuantes de soluciones aparentemente fáciles a problemas que no lo son, lo que demuestra tu dominio y oficio. Tu experiencia con las flores te hace hasta atrevido con el color, cosa no siempre fácil en acuarela, como bien sabes. A ver si encuentro un momento de sosiego para contestar tu último correo, que esta dispersión de la que hablas acaba pasándonos factura a todos a partir de una edad… De momento, chapeau por estas excelentes aguadas, que se nota que están hechas con el amor de los buenos recuerdos.
ResponderEliminarMuchas gracias, querido y admirado Laurentino, por tu comentario sobre mis acuarelas.
EliminarTodo un premio para mi lo que dices de ellas, un estímulo para seguir trabajando y aprendiendo.
Como la mejor comparación, la única razonable, es contrastar lo que uno hace ahora con lo que antes hacía, debo decir que estoy razonablemente satisfecho de mis acuarelas últimas, no por considerarlas maravillosas, pero sí mejor que lo que pintaba hace un par de años. Ahí estamos luchando con los verdes, intentando centrarme entre un abanico, seguramente excesivo, de pigmentos, para llegar a conocer bien unos pocos, cosa que voy consiguiendo en parte.
Sobre los correos, no son necesarias las prisas, como es nuestra costumbre.
Llevas razón en lo de los buenos recuerdos y en mi cariño por un paisaje, un pueblo y unas personas con las que pasé muchos años. No estoy de acuerdo con esa frase de no volver a donde fuiste feliz. Aunque no con la frecuencia deseable, nunca he dejado de regresar a Alpera, donde me siento en casa. Cierto es que la vida pasa, todo cambia y, lo que es peor, echas de menos a personas que ya no están allí, pero sí en tu memoria y en tu corazón. Pero sabes que soy un optimista y que es necesario ver el lado bueno de la vida. Que lo tiene. Es mala cosa pretender que la vida, la realidad, se detenga para no dañar nuestros buenos recuerdos.
Por eso sólo me identifico en parte con Félix Grande:
"Donde fuiste feliz alguna vez
no debieras volver jamás: el tiempo
habrá hecho sus destrozos, levantando
su muro fronterizo
contra el que la ilusión chocará estupefacta.
El tiempo habrá labrado,
paciente, tu fracaso
mientras faltabas, mientras ibas
ingenuamente por el mundo
conservando como recuerdo
lo que era destrucción subterránea, ruina.
[...]
Un fuerte abrazo, amigo.
http://www.poesiacastellana.es/poema.php?id=DONDE+FUISTE+FELIZ+ALGUNA+VEZ...&poeta=Grande%2C+F%E9lix
Bueno, empezando por el final, estoy de acuerdo con el poema de Félix Grande, porque leyéndolo, me siento totalmente identificado, salvo en lo de no volver jamás.
ResponderEliminarPepe, pintas muy... pero que muy bien! Tu tesonería, ganas de aprender e investigación te han llevado a lo que haces ahora.
La redacción de tu historia, de tu vida es fantástica. Mira que me has tenido toda la mañana con este tema, con esa relación de bibliografía y lecturas recomendadas, que expones al final (he leído unos cuantos) y finalmente con esos vídeos tan interesantes que nos muestras. Todos los he visto y disfrutado adquiriendo conocimientos que ignoraba totalmente. Cuanta historia! y cuantos años de esa historia encierran esos campos de Alpera. Cómo los quieres!! Es impresionante cómo el sentimiento te lleva a describirlos de esa manera y encima pintarlos. Muy bien! Te felicito. Espero que cuando hagas el libro, porque lo harás, bien ilustrado, pueda adquirir uno, para deleitarme con esa historia que forma parte de tu vida.
Un fuerte abrazo.
Muhas gracias, amigo Joshemari.
EliminarEsta zona, como otras muchas de España, está llena de historia. Siempre ha sido el paso obligado entre la costa y el interior, este corredor de Almansa, lleno de abrigos con pinturas rupestres y restos ibñéricos, ya veía pasar las vías romanas, prácticamente por las mismas rutas que ahora usan las autopistas o el AVE. El marquesado de Villena, un estado dentro del estado, fue muy importante en la edad media, en estas tierras siempre fronteriza que fueron árabes durante siglos, lo que explica la abundancia de torreones y castillos, unos en ruinas, otros relativamente bien conservados.
Como son terrenos secos, ha sido muy importante el uso y reparto de agua, su canalización, desecación o encauzamiento de zonas pantanosas de las que aún quedan, incluso otras que rebrotan e inundan algunas zonas cuando llueve fuerte.
Hay mucho que ver, aunque poca gente se detiene para hacerlo, que los destinos turísticos de la costa están a muy pocos kilómetros y esto es lugar de paso. Tal vez sea mejor así.
Como me ha gustado siempre la historia, he estudiado algunas cosas, leído mucho y visitado lugares y yacimientos arqueológicos, abrigos con pinturas, restos ibericos y romanos, lagunas que sólo les interesan a los pájaros que paran a descansar... De ahí a escribir un libro hay mucha distancia, que ya me gustaría a mi, que tema hay. Afortunadamente cada día se investigan más cosas, se excavan yacimientos y se publican estudios y memorias, aunque menos de lo que el tema merece. Siempre falta dinero para estas cosas.
Llevas razón en lo de los sentimientos y en que estos lugares forman parte de mi vida. Sigo viniendo por aquí- Ayer mismo volví para cerrar con el Ayuntamiento los detalles de mi exposición, que se inaugurará el próximo 7 de agosto. Todo facilidades y ayudas. Muy de agradecer. De forma que me pongo a terminar las últimas acuarelas y a enmarcar como un loco.
Un fuerte abrazo.