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sábado, 16 de julio de 2011

Albert Goodwin - English Watercolor

    Fue Albert Goodwin (1845-1932) un destacado pintor victoriano de paisajes. Con 15 años expuso en la Royal Academy, y a los 18, su maestro y mentor Ford Madox Brown le recomendaba a Jeams Leathart, patrón del movimiento pre-rafaelista, augurando que "no hay ninguna duda de que muy pronto llegará a ser uno de los mayores paisajistas de la época".
   Sus obras tuvieron muchos admiradores y mecenas. Fueron decisivos el apoyo y la amistad de John Ruskin. El carácter personal de su pintura hizo que la Royal Watercolor Society, de la que formaba parte, lo calificara como "el más imaginativo miembro de la sociedad", afirmando que era  "el más interesante de los paisajistas del momento" (...) " único en su poder de transmitir un toque de magia a sus paisajes".
    Como joven artista, es natural que se sintiera atraído por la vanguardia del momento, representada por el movimiento pre-rafaelista, mostrando sus obras de entonces una preferencia por el detalle y el color luminoso y brillante. No fue este movimiento su única influencia. En su madurez muestra claramente la de Joseph Mallord William Turner.
    Utiliza normalmente blanco cubriente en sus acuarelas, lo que puede llegar a hacer dudar del medio utilizado en algunas de sus obras, habitualmente en acuarela, aunque realizó algunos óleos.


    El nexo entre pre-rafaelistas y Turner fue, por supuesto, John Ruskin, a quien conoció a finales de 1860. Juntos estuvieron varios años desde entonces, viajando incluso a Italia, junto con Arthur Severn, otro protegido de Ruskin.



    Si hasta entonces había prestado poca atención al dibujo, siendo su obra valorada especialmente por la originalidad y atrevimiento con la paleta, Ruskin le hizo apreciar mucho más la importancia del dibujo, llegando a decir cuánto tenía que agradecerle por ello, pues hasta entonces se había volcado en el color, cuando el color solo, sin dibujo y forma, según afirma, es solo lujuria. 




    Consigue Goodwin reconciliar su admiración por los pre-rafaelistas y su pasión por Turner, compartida con John Ruskin. Recomienda a los jóvenes pintores estudiar la naturaleza con más cuidado: "no rechazando nada, no seleccionando nada, no despreciando nada", concluyendo que "cuando los recuerdos se han almacenado y han alimentado la imaginación... entonces hay que dar rienda suelta a la fantasía, déjándole tomar el escarlata y el oro, y mostrarnos lo que hay en sus mentes".



Port Soller - Mallorca
    Se proporcionan los enlaces donde encontrar más información sobre la vida y obra de este pintor, así como muestras de sus dibujos y otras obras no incluidas en esta entrada del blog. De estos lugares se han tomado las acuarelas que se muestran aquí.

domingo, 10 de julio de 2011

SUTTON PALMER - CALIFORNIA - Watercolors

CASTLE CRAG
   Ya hemos incluido anteriormente otra entrada sobre Harold Sutton Palmer, (1854-1933), acuarelista e ilustrador inglés. Entonces se mostraban las acuarelas que había realizado para ilustrar un libro sobre Escocia, sus montañas, bosques y cielos brumosos. Ahora es California, "The land of the sun", título del libro que ahora examinamos, escrito por Mary Austin, donde Sutton Palmer aporta 32 acuarelas.
Cypres Point, near Carmel
Among the Red Woods
Eucalyptus Grove
Valley of the Yosemite
Sycamore trees
Tall chaparral - Santa Cruz
McCloud River
Laurel Lake
Shasta - Snow clouds
    En las acuarelas anteriores vemos la habilidad del pintor para reflejar los distintos tipos de árboles. Un dibujo extraordinario, una composición excelente en sus encuadres y un color con infinidad de matices conseguida con muy pocos colores, ahora más cálidos que en las acuarelas de Escocia.
    En ellas se ve la maestría que Sutton Palmer tiene para sugerir la lejanía, el extraordinario dominio en la separación de planos, difuminados los más lejanos hasta confundirse sus montañas o árboles con el cielo.








    En las anteriores acuarelas vemos cómo su habilidad no es menor para plasmar las corrientes de agua, los lagos, cascadas, sus reflejos y brillos, cosa que hace con soltura sin llegar al detalle excesivo.
    Por último vemos dos acuarelas donde muestra antiguas construcciones españolas, aunque no es el tema donde más brilla este pintor. Dulzonas y pintureras, estas acuarelas parecen minuciosas postales que no tal vez no estén a la altura del resto y menos todavía de las que dedicó a Escocia.


    El libro, "California, the land of the sun", puede ser descargado desde la biblioteca de la Universidad de California en este enlace.

sábado, 18 de junio de 2011

E. Theodore Compton y E. Harrison Compton - Acuarelistas - "Germany" 1912


    Edward Theodore Compton (1849-1921) fue un excelente y acreditado pintor inglés de acuarela y óleo, escalador y enamorado de los Alpes. En 1867 había emigrado con sus padres a Darmstadt, en Alemania,  donde ya nacieron sus hijos, siendo el segundo de ellos Edward Harrison Compton (1881–1960),  a quien impartió las primeras enseñanzas artísticas. Su hijo completó su formación en Londres en la Central School of Arts and Crafts, estableciéndose de nuevo en Bavaria.

    Como su padre, Edward Harrison Compton estaba especialmente interesado en la pintura de paisajes alpinos. De sus montañas, ríos, aldeas y bosques pintó muchos cuadros maravillosos en acuarela y óleo. Cuando tenía 28 años fue atacado por la poliomielitis, debiendo desde ese momento buscar temas más accesibles para practicar su pintura.





   Estas acuarelas forman parte de la colección con que ilustraron el libro "Germany" publicado en 1912 con la autoría de ambos pintores. El texto de la obra es del reverendo J.K. Dickie y la edición de la empresa A. & C. Black, de Londres, quienes sacaron a la luz numerosas obras de este tipo.




    Tanto en los majestuosos paisajes alpinos, cuya grandiosidad consiguen reflejar, como en las escenas urbanas y arquitectónicas, muestran un domino extraordinario del medio, con excelentes composiciones, disponiendo los elementos con un gran equilibrio. El color es muy armónico, aunque no huyen de reflejar el colorido exuberante de algunos paisajes y edificios, todo con gran soltura y austeridad de detalles. Normalmente trabajan en húmedo, superponiendo baños con tenues matices de color, con una técnica impecable en los fundidos, para añadir al final, ya casi en seco, los últimos detalles. No se detienen a pintar las tejas, las piedras de los muros ni a detallar excesivamente los árboles, que quedan muchas veces sugeridos por una mancha de color valorada con algunas pinceladas para las sombras.





    De no ir firmadas, sería difícil establecer la autoría de cada una de las acuarelas, si es que no intervinieron ambos en su realización o al menos en el acabado de algunas de ellas. Hay algunas obras en las que se ve una técnica algo diferente, que nos lleva hacia una etapa anterior, en la que el ramaje de los árboles, algunos detalles aquitectónicos e incluso la silueta de la cima de las montañas están perfilados con una línea fina, forma de hacer distinta a la mayor parte de las acuarelas de este libro, hayan sido pintadas por el padre o por el hijo.





 

    Aunque E. Theodore Comton y, aveces su hijo, hayan recurrido en ocasiones a perfilar la silueta de algunos elementos, ni siquiera en los planos más cercanos renuncian a las pinceladas en húmedo que dejan así, con los colores mezcándose suavemente, para añadir, si acaso, algún pequeño detalle en seco.




    El libro puede ser descargado íntegro en University of California Libraries.