viernes, 31 de enero de 2025

Acuarelas Enero 2025 - Árboles


   En esta entrada, salvo un paisaje, todas las acuarelas son de árboles. Y casi todas ellas se han pintado de un bloc de Papel Canson Aquarelle de tamaño DIN A-4 de 300 gramos, un papel barato, pero con una textura d grano fino muy agradable. 

   Como ocurre con los pigmentos, no suelo escatimar a la hora de utilizar "los mejores materiales", es decir, los más caros. Tras bastantes años pintando acuarelas, he llegado a la conclusión (he ido llegando a ella poco a poco), de que ya no me son tan necesarios como al principio. Para estas acuarelas he recurrido a colores, en tubo o pastilla, que tenía aparcados desde hace tiempo, y compruebo que los resultados son similares. Son pigmentos de Titán (serie Bizancio), Españoleto, Van Gogh, Sennelier, Cotman y algunos otros de esas marcas relativamente nuevas en el mercado español, como White Nights, rusas de San Petersburgo, Roman Szmal, de Polonia, o Rosa Gallery de Ucrania, sustancialmente más baratas que las marcas más conocidas y punteras. Hace tiempo que voy viendo que no es necesario utilizar siempre pigmentos de los más caros del mercado para conseguir resultados decentes. Poco a poco he ido sustituyendo muchos colores de los que utilizaba normalmente por otros mas baratos, pero en ningún caso peores.

   En fin, llegó un momento, viendo que cada día aparecían nuevas marcas y que los catálogos iba creciendo más y más, en que la cosa se convirtió en una locura. No se puede probar todo, no todo lo caro es mejor, ni hace falta tanta artillería para las moscas que uno acaba matando. Llegué a probar las italianas de Nina Colori, buscando un índigo decente, pero siendo muy bueno, no era mejor que el índigo de Kremer, fabricante alemán, uno de los más recomendables, aunque sólo vende sus pigmentos en polvo o en pastilla. Ya he visto algunas nuevas marcas que he desistido de probar, colores naturales, minerales, muy bien publicitados y presentados. Una de ellas dice de sus colores que son veganos. Apaga y vámonos, hasta aquí hemos llegado. Bueno está que te digan que son artesanos, que llevan miel, que su goma arábiga es de la misma Arabia y que su lapislázuli lo ha traído Indiana Jones de Afganistán, pero uno pude ser tonto hasta un punto, pero esto no es un concurso, no hay necesidad de superarse ni aceptar retos al respecto.
   Al final, he ido seleccionando qué usar, con qué pigmentos reponer lo que se me va acabando. Y buen trabajo y dinero me ha costado durante muchos años llegar a estas conclusiones. Los colores básicos, pueden ser de White Nights o de Rembrandt, que sus tubos de 20 ml salen a cuenta y son de una calidad máxima. Sienas, ultramar, Sap green, amarillos, rojos, es decir, casi todos, no hay que buscar más. Incluso dos azules en los que soy muy exigente: cerúleo y cobalto. Estos no pueden ser malos, es decir, mezclas, hues. El cobalto de Rembrandt o el de Windsor & Newton, imprescindibles. También algunos quinacridonas, que todas las marcas ofrecen: Gold, deep gold para cielos y dorados del atardecer y algún rosa o magenta, para las flores y algunas otras mezclas. De Daniel Smith sigo usando siempre el verde de jade y el violeta de amatista, maravilloso para sombras transparentes. También alguno de sus marrones que también granulan. El negro, sólo uso el de magnetita, que según fabricantes se llama de Marte, Lunar black o cualquier otra denominación, pero es el mismo. Granula un disparate, es transparente y no puedo pasar sin él. También hay algún color muy conseguido, como el sepia de Schmincke.
   El caso es que, sacando cajas llenas de pastillas y multitud de tubos, veo que tengo acuarelas para pintar un par de siglos y que poco tengo que comprar, que conviene ir usando todo ese material acumulado porque, al final, uno consigue lo mismo. Cierto es que eso ocurre ahora que ya se va teniendo oficio y experiencia. Cuanto más inexperto es uno, mejores materiales debería usar, para que aporten no resten. Luego, poco a poco, ya tiene uno sus mezclas en la cabeza y va dependiendo menos de la excelencia, a veces supuesta, de los materiales más caros. Un buen papel es imprescindible, aunque los hay no demasiado caros que, una vez les coge uno el tranquillo, resultan más que aceptables. Usemos lo que usemos, nuestros materiales son mejores que los que utilizaban los mejores pintores del pasado. O sea, que no va a ser eso.