Volvimos a Alpera tres días. El primero para poner música a la jubilación de Rafa Soler, más que un amigo. No hay aquí espacio para contar los buenos ratos que juntos hemos pasado. Miles. Cierto es que también ha habido alguno más que malo. La vida tiene de todo y no siempre es justa. A veces es trágica. Como en las adivinanzas, en ciertos momentos lo principal no se nombra, aunque sobrevuele todo el tiempo.
Pasamos en la celebración el hambre y la sed habituales en Alpera, hasta el punto de tener que quedarnos otros dos días para intentar acabar con las viandas y bebidas preparadas para la ocasión, intento inútil.
El campo estaba hermosísimo, que ha nevado mucho y llovido, había flores y agua por todos sitios y recorrimos los parajes de los alrededores para hacer fotos y algún que otro dibujo, como los que se muestan aquí.
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Si como fotógrafo eres extraordinario, tus acuarelas tienen ese encanto especial que hacen que la (mi) mirada se detenga a contemplarlas una y otra vez.
ResponderEliminarMuchas gracias, Marisa. Con unos parajes así de hermosos, no es difñicil haer buenas fotyos y dibujos.
EliminarM encanta que disfrutes mirándolos.
Un abrazo.
Ya te comenté algo en Ladrones, pero es que estas acuarelas están para quitarse la boina de por vida. ¡Todas de sobresaliente!
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, Pepe.
Muchas gracias por tus exageraciones, querido amigo.
EliminarUn abrazo.
Dile al Oñera que no se quite la boina en esta época!! Que el coco hay que proteger de tanto sol!
EliminarOTIÁ!!! Pero con qué nos sales ahora, monseñor? Hasta donde piensas llegar? Me va a dar vergüenza enseñar los míos... Encima no solo te recreas enseñándonos cómo hay que pintar, sino que te cascas unas fotos... que quitan el hipo!
ResponderEliminarY luego a tocar la guitarra y una excelente paella, seguramente bien regada, como toca y que probablemente, más lograda que aquella que nos quiso dar con toda su buena intención, el buen amigo Juan Llorens. Qué mal me supo! Por él!!
Tu primera acuarela te ha quedado preciosa y bien sintetizada, como me gustan a mí, así como la última de esos prados inclinados y esas casas medio insinuadas al fondo. Acuérdate que el techo de la casa, no ha de guardar la misma inclinación que el prado. La textura del papel, rugosa también ayuda a ese efecto de sintetización. Total: fantásticas.
La de los prados llenos de amapolas es muy efectista. Seguro que la venderás enseguida, si no la has vendido ya. Siempre quedan bien pero son demasiado bucólicas para mi gusto, aunque está magníficamente pintado. Las prefiero en foto que en pintura. Para mi gusto, me encanta de la mitad para arriba.
Hala, ya te he dado un poco de caña! Es pura envidia!!!!!!!!!!!
Un fuerte abrazo, amigo. Lo demás, bien? Pasas por el arreglador de huesos? Que estés bien para septiembre-octubre, que hemos de hacer una salida! Vale? Se lo prometí a Virginia!!