Ya hemos hablado repetidas veces de las plumillas de dibujo. Las que se consideran que lo son, que para ello se han diseñado, sabemos que son las más finas y flexibles. De pequeño tamaño y capaces de trazar finas líneas que se engrosan de forma increíble al ejercer más presión mientras se dibuja o escribe. Con una de ellas podemos hacer así cosas muy distintas, pues pueden producir una enorme gama de grosores de línea, con la gracia y sutileza de esas variaciones, lo que da vida y color al dibujo.
Hay artistas que no necesitan más. Hacen un dibujo de líneas, sugiriendo con delicadeza algunas zonas de sombra, aunque la mayor parte del papel permanece en blanco. Hay que dibujar muy bien para hacer tal cosa. No es posible ni el error ni la corrección. No hay sombra que oculte inseguridades ni disfrace con volumen un dibujo deficiente.
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EDOUARD DE BEAUMONT - La Bouillie. |
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EDOUARD DE BEAUMONT - L'oracle |
Mediante trazos más o menos cortos cercanos, superpuestos o trenzados, conseguimos un tramado que da volumen al dibujo creando zonas de sombras, desde grises delicados, hasta llegar al negro total. Aunque se ilustran a continuación algunas de las posibles formas de hacer ésto, mejor analizar con detenimiento los ejemplos de distintos autores que en esta entrada aparecen, elegidos para observar distintas posibilidades. La sutileza de Rico, la complejidad de Fortuny, más trabajada, las largas y finas líneas de Whistler...
Ya vimos en una entrada anterior, comentando un libro de Pennel sobre dibujantes y grabadores, que fue en el siglo XIX cuando este arte alcanzó su máxima expresión, altura no superada. Dibujantes franceses, españoles, italianos, americanos, entre otros, lo hicieron florecer para ilustrar las revistas que, por primera vez, generalizaron el acceso a imágenes para los lectores. Vimos que Fortuny, Viergé, Rico, Casanova en España y otros como Lalanne en Francia o Whistler, americano, en Londres, de quienes ya hemos hablado, crearon obras maestras con esta técnica pictórica:
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Martín Rico |
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CASANOVA Y ESTORACH |
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Fortuny |
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Martín Rico
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WHISTLER |
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Para esta forma de dibujar, como hemos dicho, es suficiente con una única plumilla, fina y flexible. Con ella se hará un dibujo delicado y preciso, se conseguirán algunos grises por superposición o cercanía de líneas y, ocasionalmente, haremos algunas líneas más gruesas y matizadas en ciertos perfiles y detalles, símplemente presionando la plumilla mientras dibujamos. En el siguiente ejemplo de Maurice Lalanne, vemos cómo se puede conseguir una obra de arte con tan pocos medios:
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Ejemplos de trazos con plumilla flexible del libro de SULLIVAN. |
Para hacer algo así, las plumillas mostradas serían muy adecuadas. Es decir plumillas de las llamadas "mapping", "litographic" o "drawing", tanto las clásicas Gillott, como los modelos similares de otros muchos fabricantes: Esterbrook, Hunt, Brandauer, Brause, Hinks Wells, Heintze & Blanckertz y un largo etcétera.
Incluso algunas plumillas diseñadas para la escritura, tienen esas mismas cualidades, pues las mejores de ellas permiten obtener esa inmensa variedad de grosores de trazo con una sola herramienta. Así la Gillott 303, la 297 o la maravillosa y buscada Principality.
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SULLIVAN - De "OMAR KHAYYAM" - Dibujo realizado con plumilla Gillott 303 |
Una buena plumilla para escritura copperplate, como la 303, o la Principality, es también muy adecuada para el dibujo. No hay que pensar que sólo las más famosas y utilizadas pueden ser usadas. Hay plumillas que aún se pueden encontrar por miles y que pueden sorprender si a ellas se recurre. Desde las plumas "Sargento Mayor", "Veleda", "Tremplin" de Blanzy —y todas las exactas versiones de otros fabricantes—, hasta una infinidad de plumillas de escritura todavía fáciles de encontrar, aunque tengan 80 ó 100 años. La plumilla anterior, "El tiempo es oro" modelo 1958 de la serie Cervantinas, réplica de otras como "One dip pen" de Baltimore o "Lonflo" e Geo W. Hughes, de Birmingham, aunque en el mercado de las plumillas es difícil, hoy en día, decir quién fusiló el modelo a quién, es una plumilla con la punta ligeramente redondeada, suave al trazar y con cierta flexibilidad. Las curvaturas que el acero hace por debajo e la plumilla les permite almacenar mucha tinta y un dibujo normal o una carta pueden ser escritas prácticamente enteras cargando la plumilla una sola vez. Así se anunciaban, como sus nombres indican. Las he probado y es cierto.
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Plumilla WAVERLEY de MacNiven & Cameron (Birmingham) |
La anterior plumilla es otro modelo de este tipo, con punta redondeada, que no rasca el papel, más fáciles de usar que las anteriores de dibujo y que produce líneas bastante más gruesas. Igual que se utilizan pinceles de distintos grosores, mechones, formas y fibras para conseguir distintos efectos o trabajar zonas de un tamaño mayor o menor, es razonable utilizar en un dibujo distintas plumillas. Aunque las finas plumillas de dibujo puedan dar una línea más gruesa por presión, cuando se busca una línea uniforme, mejor parece hacerlo con una plumilla que siempre las hace así. Forzar continuamente la plumilla para conseguir trazos gruesos lleva a producir acentos irrelevantes en la línea. Mejor usar otra.
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SULLIVAN - Dibujo realizado con plumilla WAVERLEY |
No elijo esa plumilla Waverley al azar, entre los cientos que he probado. La traigo al blog porque en muchos libros sobre dibujo a plumilla del siglo XIX, he leído que era utilizada por muchos dibujantes para complementar la gama de trazos que obtenían con una Gillott litográfica o una Brandauer 518, plumilla finísima de la que ya hemos hablado en otra entrada del blog. Es, sin embargo, una plumilla de escritura; es más, es una plumilla para ser usada por quienes tendrían problemas en usar para escribir una con punta más fina, rascadora, y proclive al roce con el papel, a la aspereza si no se está habituado y, lo que es peor, al borrón. Por eso ha sido una de las más vendidas, utilizadas y copiadas.
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BRANDAUER 518 (Birmingham) |
Salen estos ejemplos de "LINE. A study by Edmund J. Sullivan", obra de 1922 que podemos descargar en ese enlace desde la Universidad de Toronto, donde podemos encontrar y aprender más sobre ello. Antes de hablar de materiales, nos recuerda que el dibujo, no sólo fue anterior a la escritura, sino que, con seguridad, fue la primera de las artes practicada de una forma consciente y deliberada.
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Del libro citado. Dibujo realizado con plumilla WAVERLEY y GILLOTT 303 |
Después de repasar distintos medios para el dibujo, comenzando por el carboncillo, pasa a hablar con añoranza por las barras y lápices de grafito de Cumberland, que sólo de oídas conocían ya sus coetáneos. Siempre agrada leer o escuchar el aprecio y el amor de alguien hacia los materiales que usa. El hallazgo de una gruesa de estos lápices de un grafito que se cortaba como el queso, ya rarísimos entonces, en una vieja librería. "Era una delicia usarlos y una alegría poder regalar uno de ellos a alguien capaz de apreciarlos", nos cuenta. Al llegar a las plumillas, habla de la conveniencia de utilizar varias, según las necesidades, incluso en un mismo dibujo, para reunir en una obra las distintas posibilidades gráficas que cada una de ellas ofrece, cosa que ilustra con ejemplos como los mostrados anteriormente. La técnica de la plumilla renuncia a muchos recursos de los que otras modalidades de pintura o dibujo disponen. Tenemos líneas, renunciamos a las medias tintas, al color, pero mediante sugerencias y no pocas convenciones debemos obtener sombras y planos en nuestra composición, resaltar aquello que es fundamental en la obra, ejando en un lugar secundario lo accesorio. Pone Sullivan ejemplos de cómo hacerlo:
Fuerte y débil. Mientras se han resaltado las zonas accesorias, queda lo esencial sólo sugerido.
Falta de unidad.
Sugerido lo esencial y excesivamente detallado lo accesorio.
El ambiente y el carácter de los elementos conseguidos
por simple sugerencia
Mayor gama tonal, con más materia, alcanzando una mayor solidez Añado yo, como ejemplo, algunas otras posibilidades, como las que ofrecen las plumillas caligráficas de punta plana, usadas para letras itálica, gótica y similares. El ejemplo anterior muestra qué tipo de líneas se obtienen con ella. Puede considerarse la posibilidad de su uso para algunos elementos del dibujo.
La plumilla anterior, una Brause, tiene una punta similar al dorso de una cucharilla. Hace gruesos trazos muy suaves que, cuando la tinta se va acabando, o se ha doluído con agua, ofrece unas posibilides dignas de ser tenidas en cuenta. Muestro un dibujo realizado utilizando Gillott Principality, Waverley y esta plumilla Brause. La tinta usada es Montblac Burdeos. Huelga decir que el dibujo es mio, no de Rico ni Lalanne, pero como ejemplo sirve.