Aranjuez |
Entre las cosas que hemos hecho en estos doce meses están dos viajes a Cuenca, uno de ellos para el I Encuentro de Ladrones de Cuadernos, y otros a Toledo, Aranjuez, Villanueva de los Infantes, Peñíscola, Morella, Murcia, Almería, Córdoba, Sevilla, Úbeda, Baeza, que recuerde así a bote pronto. Alicante y su costa, Calpe, La Marina, Campello, o Alcoy, Guadalest, Elche, por frecuentes, ya no se incluyen entre los viajes. Igual ocurre con las visitas breves a pueblos de Albacete como Alcaraz, Alcalá del Júcar, Peñascosa, Ayna y otros encantadores lugares. Observo mi predilección por las cuestas, a pesar de lo que me cuesta subirlas, pero tanto andando como conduciendo, me encantan las curvas, los barrancos, los montes llenos de árboles y las fuentes y arroyos. Varios miles de fotos, y docenas de dibujos y acuarelas quedan de esas excursiones. Con ellas hemos ido llenando las entradas de mi blog.
Este mes llegaremos a las 600.000 visitas, que ya va siendo un número crecido, algo muy de agradecer a quienes dedican unos minutos a ver pinturas propias y ajenas, leer mis elucubraciones, rebuscar entre las plumillas, incluso soportar mis epístolas monacales y arcaizantes. Como la actualidad me llevaba al enfado y a la maledicencia, queriendo conservar el todo amable de este blog, he ido derivando mis iras y desahogos hacia Desconcertatus-Epistolarium, mi otro blog.
Este abrumador número de visitas, procedentes de prácticamente todo el mundo, seguramente se multiplicaría si lo publicara en inglés, cosa que frecuentemente he pensado hacer. Por el momento no vamos en busca de records ni de beneficios económicos que, por otra parte, nada mal nos vendrían. Pero me he negado a incluir publicidad en este blog a pesar de frecuentes invitaciones a hacerlo. Bienvenidas serían si se tratase de libros, materiales de pintura y dibujo, viajes, temas culturales y otras edificantes aportaciones. Me resisto a que en medio de una entrada sobre Fortuny se incruste, fuera de mi control, un anuncio de Viagra, de un crucero, un cosmético o un vídeo sobre un tema poco relacionado con el contenido habitual de mis entradas.
Mucho se habla de materiales en este blog, pues probar nuevas cosas e intentar sacarles el jugo es uno de mis numerosos vicios, seguramente el más caro de todos ellos. Algunos pueden llegar a pensar que estoy en la nómina de Garzapapel, Daniel Smith o Escoda, aunque no creo que hayan sospechado lo mismo respeto a Joseph Gillott, Brandauer, William Mitchell's y otros antiguos fabricantes de plumillas de las que tanto hablo, entre otras cosas porque desaparecieron hace muchos decenios. El amigo Josep Escoda me ha regalado algunos pinceles, especialmente cuando alguna nueva serie sale al mercado, generosidad que practica con muchos otros pintores que conozco. Garzapapel suele incluir como regalo algunas muestras cuando hago un pedido a la casa, incluso me ha proporcionado papeles con gramajes o encolados que están en prueba antes de decidir producirlos e incluirlos entre sus productos. En Daniel Smith se hicieron eco de mis lamentos acerca de los casi 150 euros que entre gastos de envío y aduanas hubo que sumar al coste, ya crecido, de unos cuantos tubos de sus acuarelas y me enviaron unas muestras y dot charts para que pudiera probar algunos colores más de su abrumador catálogo. Con la advertencia de que no me van a vender más, ni a mi ni a nadie, dado que ya se podrán adquirir en España sus acuarelas, por lo pronto en Barna-Art y en Artemiranda, cosa que me alegra mucho y que llevo dos años pidiendo a Daniel Smith. Por tanto, lo que utilizo lo compro, salvo estos detalles que agradezco, pues no tienen por qué hacerlo. Si de ellos hablo es porque creo que sus papeles, pinceles y pigmentos son de los mejores del mercado, si no los mejores.
Por supuesto que utilizo otros. Normalmente no me faltan pigmentos de Rembrandt, tengo pinceles de Isabey, Windsor & Newton, chinos, japoneses, alemanes, y el papel Arches nunca he dejado ni dejaré de utilizarlo, como algunos de Fabriano, pues cada material aporta sus diferencias. Sin embargo no puedo dejar de recurrir a esos papeles, pinceles y tubos de acuarela que me encantan cuando quiero ir a lo seguro u obtener ciertos resultados.
Estos días recibiré un pedido de Kremer, uno de los mejores fabricantes de pigmentos del mundo, dedicado a elaborarlos y suministrarlos para restauración, conservando algunas fórmulas ya abandonadas por otros. Mi curiosidad me vence y hace que me contradiga en mi intención de no arruinarme con más probaturas. Pero hay que conocer cómo se portan Schmincke, Sennelier, Holbein, Mijello...y los de Kremer era inevitable llegar a ellos. No tenemos arreglo. Ya os contaré.
Aunque las páginas más visitadas siguen siendo las dedicadas a las plumillas, tanto a sus clases y su historia como a las obras de grandes dibujantes o grabadores, me satisface descubrir que unas 20.000 personas han visto una entrada dedicada a acuarelas de flores, casi todas de Laurentino Martí y Geoffrey Wynne, dos de mis acuarelistas preferidos, 15.000 la dedicada a Hokusay y muchos miles las que trataban sobre las obras en papel de Rembrandt, Van Gogh, Guan Weixing, David Roberts, Ozulay o de acuarelistas y dibujantes españoles no demasiado conocidos como Villaamil, José Jiménez de Aranda, Antonio María Fabrés y Costa, Ortego, entre otros.
Pendientes están Fortuny, Geoffrey Wynne, Seago, Sargent, Wyeth, Winslow Homer, Requena, Alfonso Ruíz, Chien Chung Wei, Charles Reid, muchos ingleses del XIX, docenas de plumillas, cientos de libros que leer, recomendar, resumir o traducir, al menos parcialmente. O sea que faena tengo.
De música he ido hablando a lo largo del año conforme hemos ido haciendo algo, bueno o malo, deshacer un grupo, hacer otro, festivales de los Beatles, música francesa, conciertos benéficos y maléficos, pendiente el de música italiana para mayo, y los miércoles, siempre a cenar y a tocar con mis amigos. Habrá que visitar la costa Brava, que hace tiempo que no llegamos tan arriba, un viaje probable a la feria de música de Frankfurt que se va ramificando a otros lugares y ya vamos por los 5000 kilómetros y salidas más cercanas para no apolillarnos. En fin. Ya os iré contando.
Con motivo de mi sexagésimo primer aniversario, perpetré otra epístola conmemorativa, intitulada "epístola añosa". Se puede leer en mi blog Desconcertatus, en este enlace.