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jueves, 18 de septiembre de 2014

Pinceles Versátil de Escoda - Escoda Brushes - Acuarela


   Los habituales de mi blog ya saben que soy un catacaldos, que me gusta probarlo todo y que mi afición por plumillas, tintas, papeles, pinceles y demás instrumentos de dibujo y escritura linda con lo enfermizo, siendo una de las causas de mi ruina.
    No es de extrañar, pues, que tenga varias gavillas de pinceles de las más variadas marcas, formas, tamaños y procedencias. Cada pincel es diferente, ninguno está demás y nunca tendremos suficientes.
     Dicho esto, resulta que uno comprueba que, catas aparte, al final vuelves a tus papeles, colores, tintas y pinceles de siempre, aquellos que te ayudan, que te hacen fácil el trabajo y que, lo que es esencial, suman en lugar de restar al resultado final. Una buena herramienta debe ser dócil, previsible, fiable, duradera, y de la máxima calidad que uno pueda permitirse. Sería lamentable que si un día las Musas se acuerdan de nosotros nos pillaran pintando sobre el reverso de un almanaque, con malos pigmentos y con un pincel penoso. Hay que estar siempre prevenido por si las musas se dan a vistas. Yo no puedo escribir una novela en la parte de atrás de un mazo de facturas. Antonio Gala puede, pero yo  no. Tampoco podría escribirla en una mazmorra como Cervantes, pero por eso, entre otras cosas, era Cervantes.
    Los más antiguos pinceles que conservo, además en buen uso, son dos de Escoda de marta kolinsky. Uno del 8 y otro del 10. Vergüenza me da decir los años que están en mis manos. Ahora tengo además uno nuevecito del 12. Una acuarela que hice con el 8, el primero que compré, está fechada en 1980. Cierto es que ha perdido algo de punta, porque mi inexperiencia permitió que lo frotara con frecuencia contra unas acuarelas en pastilla que, por su uso poco habitual, eran un verdadero papel de lija. Por eso me compré unos años después otro del 10. Entonces esos tamaños eran bastante gruesos para mi. Luego ha habido que ir añadiendo otros de mayor tamaño, vacuna contra el exceso de detalle y capaces de pintar un cielo en tres brochazos. En la siguiente foto se ven algunos de mis Escodas.
   Lo más peliagudo, palabra que viene al pelo, es comprar un pincelazo de marta del 24. Una fortuna y dos martas sin rabo. Recurrimos a los de petit gris, de esos atados con un alambre. Toman muchísima agua y pigmento, son suaves y sedosos, algunos puntean, pero carecen de nervio. Como le ocurre a los pinceles chinos, se quedan en la última pose adoptada, lo que puede ser útil para la forma china de pintar hojas y flores, aprovechando las insólitas formas que va adoptando el mechón. Además está lo del alambre. El agua se mete por dentro del plástico que envuelve el mechón, se mancha la madera, se moja, se estropea, se le cae el barniz... Hay a quienes eso de la igual. A mi no y a las ardillas creo que tampoco.
   La acuarela necesita un pincel suave, que acaricie el papel. Si se pasa sobre una capa ya pintada, incluso húmeda, debe ser tan poco abrasivo y sutil que no la levante y se la lleve puesta. Debe almacenar mucha agua y pigmento, algo esencial, sobre todo cuando el formato de la pintura aumenta. Aunque sea un formato pequeño, la acuarela necesita agua, no tanta como algunos piden, que más parecen regantes, pero no obligarte continuamente a recargar el pincel, incluso volver a buscar la misma mezcla... Hasta las líneas finas salen mejor con un pincel, si no grueso, al menos largo de mechón, para que almacene suficiente pigmento. En fin, no todos los pinceles son adecuados para este arte exigente y particular.
   El tema del precio hace que miremos hacia las fibras artificiales. También otras consideraciones, no poco relevantes, sobre de dónde salen esos pelos maravillosos de ciertos pinceles de fibra natural. No falta mucho tiempo para que algunos de estos pinceles escaseen, y que comparlos y utilizarlos sea visto con la misma simpatía que quien sale a la calle forrado de cadáveres de zorro o de visón.
    Hace bastantes años leía en Hispacuarela las prolijas y detalladas explicaciones de Josep Escoda sobre la construcción de pinceles, los experimentos y búsquedas de fibras artificiales que fueran sustituyendo a las naturales, por los motivos mencionados. No es de ahora la cosa, pues. He ido probando estos años todas esas fibras, me falta la Toray blanca, que dicen que resulta ser la más suave de todas, y cada día se han ido superando. La suavidad, la punta, la respuesta, la duración... Cada vez más difícil distinguirlas de las naturales. El único problema siempre ha sido su menor capacidad para retener líquido, aunque las fibras que conocía de Escoda pasan holgadamente dicha prueba. Los pinceles de Sabadell, ellos sabrán cómo lo hacen, duran una eternidad, y sean de lo que sean tienen una punta afiladísima, que además conservan con el tiempo, nunca se les cae un pelo ni termina la virola por tomar holgura con el mango de madera. Además son hermosos, construidos por gente que se nota que disfruta haciéndolos.
   Lo de soltar pelos no va de broma. Los pinceles chinos, —y digo los que utilizan los pintores chinos, no los que venden en las tiendas de chinos, que eso no merece ser llamado pincel—, son suaves y afilados, con un comportamiento parecido al petit gris. Sin embargo, una vez terminada la acuarela, hay que depilarla a conciencia, pues se queda medio pincel viviendo en el paisaje que acabas de pintar. Con los hake anchos ocurre igual con demasiada frecuencia.
   Los Escoda de la serie Último, imitación de petit gris, tienen muchas de sus cualidades, especialmente la de retener mucho líquido, aunque tienen más nervio y respuesta que los naturales. A cambio, son ligeramente más duros. Para ciertos temas y algunas formas de pintar, retirando pigmento para abrir blancos, son insuperables. No es de extrañar que Cembranelli les preste su nombre, pues utiliza mucho ese recurso. También usa otros planos de la serie Tendo, que no he probado. Viendo sus vídeos se nota que absorbe mucha pintura, puesto que es capaz de retirarla del papel mojado, abriendo unos blancos perfectos para sus flores.
   Los de la serie Versátil han sido toda una sorpresa para mi. Empecé con dos, uno redondo del número 10 y otro del 6, de mechón largo, ideal como rigger, para detalles, largos trazos finos, firmas y demás. Hace un par de semanas compré otros tres: uno plano de 1 pulgada, otro redondo del 18 y uno de bolsillo del 12. La primera de las acuarelas se ha pintado íntegramente con ese pincel de bolsillo, una joya.
   No sé si será posible que una fibra artificial se asemeje más a la marta. Hay que tener en cuenta que el mechón está formado por fibras de diferentes grosores y, por las variaciones de color, tal vez también tipos de fibra. Es un experimantado blended, un adecuado coupage como en los buenos cavas, pero hecho con pelos. Tienen todas las virtudes de esos pinceles de marta que vienen a sustituir, a un precio verdaderamente asequible. La punta es marca de la casa, como el acabado y los materiales utilizados en su manufactura. Seguramente ya no tenga que reponerlos, dada mi avanzada edad y lo que me han durado los que tengo de Escoda.

   Esta otra acuarela anterior, sobre Guadalest, se ha pintado con dos Versátil: redondo del 10 y largo del 6, para detalles y ramas de los árboles. Los verdes siempre incluyen jadeite en su mezcla, y en las zonas a las que quiero añadir textura, suelo recurrir a Sodalite, un azul casi negro, unos pigmentos de la serie Primatek de Daniel Smith, que se han hecho también insustituibles para mi. Igual que algunos azules y tierras de esa marca.
   Para los efectos de las rocas, la rugosidad de un trazo rápido con un pincel plano y con poca agua, se ha usado la paleta de 1 pulgada de la serie Versátil. También para el cielo y los lienzos de las paredes. Con su canto afilado salen rectas para ramas, tejados y ventanas. Lo demás con el redondo Versátil del 18 y el de bolsillo del 12. Parece que, para los formatos habituales en mi, esos son los tamaños adecuado, pues creo que siempre hay que utilizar un pincel del mayor grosor posible en cada situación. La punta de estos pinceles lo permite.
   En resumen, no creo que haya nada que con estas fibras no pueda pintarse a gusto. Si te gusta utilizar pinceles de marta, estos de la serie Versátil es una sabia elección. Por su precio y por sus características. Sin duda uno de los mejores pinceles que actualmente ofrece el mercado.