En primer lugar, un brindis. Por mi blog, que cumple ahora dos añitos, por vosotros y por mi, que cumplí 59 anteayer. Chartreuse en vaso de hielo, bebida monacal y digestiva, mientras miro que mi orquidea y mi violeta africana han vuelto a florecer. También se encuentran a gusto en este rincón, haciéndome compañía y alegrándome la vista. Las tengo que dibujar.
En segundo lugar, daros las gracias a quienes seguís mi blog y tan generosos sois en vuestros comentarios hacia lo que en él se muestra, tanto ajeno como propio. Hace un año, me asombraba de haber recibido 43.343 visitas. Ahora mismo son 216.840. Es decir, 174.497 visitas en este segundo año de vida. Abrumador.
De esos puntitos rojos que día a día van dibujando el mapa, muchos señalan el lugar donde tengo un amigo, pues muchos y muy buenos he hecho en estos dos años. Gracias de nuevo por dedicarme algo tan valioso como vuestro tiempo. En algunos de mis marcapáginas escribo por detrás: "Valora a quien te dedica su tiempo. Te está dando algo que nunca podrá recuperar".
Dicho lo anterior, vamos con los dibujos a pluma estilográfica, tintas y aguadas. Este primer dibujo es una interpretación de una obra de Claude Lorraine (1604-1682). Muestro un paso a paso para ver el proceso seguido, desde el dibujo inicial, con una estilográfica caligráfica china que hace trazos de diversos grosores, hasta el resultado final.
La tinta es Café des Îles, de Herbin. El papel, Canson Dessin Blanc Imagine, de 200 gramos, en DIN-A4. Como véis, el dibujo es rápido, sin entrar en detalles. Únicamente encajando los elementos y dando las primeras valoraciones en las zonas más oscuras. No conviene dar detalles que se perderán con el agua ni cargar las tintas pues deben quedar zonas de luz, incluso el blanco del papel en zonas concretas.
El segundo paso, con agua limpia y un pincel suave, es este caso un Escoda ÚLTIMO, de la serie Cembranelli del número 10. Es de fibra sintética, pero con la suavidad y respuesta del petit gris. Maravilloso. Ya hablaremos de estos pinceles más despacio. Con él se extiende la tinta en las zonas necesarias, sin excesivo cuidado, sin hacer detalles todavía.
En la imagen anterior se ve cómo se han ido reforzando algunas zonas de sombra, con tinta diluida aplicada con pincel, y cómo se han ido dibujando detalles y recuperando líneas borradas por el agua aplicada. En realidad son dos cosas que se van haciendo a la vez, pues sobre las zonas todavía húmedas se consiguen líneas difuminadas que se van fundiendo y aclarando al secar. Como se ha hecho en casa, no en la calle, algunas líneas se han hecho con tinta y plumilla. En algunas zonas se añade tinta negra. Después de probar muchas tintas, resulta que algunas que diluidas tienden a dar tonos azulados, combinadas con el marrón cálido proporcionan un tono con tendencia al verde, bastante adecuado a veces para ramajes y vegetación. Habrá que seguir probando tintas. Con la Lamy, por ejemplo, el negro sigue siendo negro o gris.
Por fin el resultado final. Últimamente no me pregunto qué le falta, sino qué le sobra. Hay más peligro en recargar el dibujo que en dejarlo a medio. Fundamental resulta que queden espacios con el blanco del papel, tanto zonas más o menos amplias, como brillos y puntos de luz.
Este otro dibujo, a partir de una foto, se hizo ayer con una sola pluma y una sola tinta, también con pincel de agua. Sobre papel grueso de color crema ligero de un cuaderno nuevo. He procurado dar poca intensidad a las sombras, dejando un registro ligero que no de al dibujo un dramatismo que esta escena no necesita.
Aquí otra prueba con las tintas. Como he fotografiado el dibujo inicial y otros dos pasos, los muestro aquí para ilustrar mejor el proceso que os cuento. Se ve que con pocas líneas puede obtenerse un color incluso excesivo en la primera fase. También hay que señalar que cuando se ha secado la primera capa, las tintas aplicadas no reaccionan ingual al extenderlas con pincel mojado que cuando se hace por vez primera con el papel en blanco. La misma pluma china y la misma tinta marrón de Herbin.
En el siguiente paso se ha aplicado tinta poco diluida directamente con el pincel para reforzar algunas zonas.
Esta vez, con tintas azul Quink de Parker y Pelikán 4001. También Lamy Negra. La azul con Montblanc, la negra con una pluma china de trazo grueso. Vemos que la tinta Lamy queda negra o gris al mezcarse con el agua. Ninguna tendencia al azul, morado o rojizo de otras tintas. Todas estas tintas mantienen bien la transparencia.